La bebida que tiene mala fama, pero que favorece tu intestino

La salud del intestino reduce el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias, de acuerdo al Instituto Mayo Clinic. Ante esto, el gastroenterólogo Victor Chedid aconseja mantener una alimentación bien equilibrada, que incluya verduras, semillas, frijoles, frutas, granos enteros, frutos secos, semillas oleaginosas y aceite de oliva.

Para mejorar la salud del intestino, los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos destacan incluir como hábitos comer más despacio y porciones pequeñas, establecer una hora para que el intestino descanse, controlar el estrés, intentar establecer una rutina para el funcionamiento del aparato gastrointestinal y considerar consumir probióticos a través de la consulta médica.

Desde el Centro Médico Sanitas (España) remarcan que un intestino saludable es esencial porque favorece la absorción de nutrientes, es un apoyo al sistema inmunológico, colabora en la mejora del ánimo y previene enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades del corazón y enfermedades inflamatorias del intestino.

Es en este marco que una semilla muy conocida se presenta como una gran aliada para la salud intestinal. Se trata del café, una bebida de las más consumidas en el mundo y que se caracteriza por su aporte de ácidos orgánicos, cafeína, sustancias antioxidantes, según la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Un estudio publicado en la revista Microbiología de la Naturaleza revela que el café tiene un impacto muy grande en la salud del intestino. De acuerdo a los resultados obtenidos, esta bebida se encarga de nutrir y estimular a algunas de las bacterias que habitan la microbiota intestinal y que colaboran con la digestión, el equilibrio metabólico y el refuerzo del sistema inmunitario.

El café alimenta a las bacterias con compuestos bioactivos y estas trabajan en el intestino beneficiándolo. Además, la empresa de ciencia nutricional ZOE informó que los compuestos antioxidantes de esta bebida ayudan a controlar la presión arterial y los niveles de glucosa en la sangre, además de alimentar también a las bacterias buenas del intestino.