Marcelo Ebrard.
Metro, verdadera ‘bomba de tiempo’
Las fallas detectadas desde el diseño y construcción de la llamada Línea Dorada, en la administración de Marcelo Ebrard, los trabajos correctivos, realizados bajo la administración de Miguel Ángel Mancera, cobraron factura mortal en la gestión de Claudia Sheinbaum
Ciudad de México
Una tragedia como la que enlutó al pueblo de Tláhuac y a la Ciudad de México la noche del lunes 3 en la Línea 12 (L12), cuando colapsó una trabe metálica del tramo elevado por donde pasaba un tren que se dirigía a la estación Olivos y dejó 26 personas fallecidas y casi 80 heridas, “pudo pasar en cualquiera de las líneas del Metro. ¡Esto es una bomba de tiempo!”, coinciden trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC).
Las fallas detectadas desde el diseño y construcción de la llamada Línea Dorada, en la administración de Marcelo Ebrard en el gobierno capitalino, y los trabajos correctivos, aunque presuntamente insuficientes, realizados bajo la administración de Miguel Ángel Mancera, cobraron factura mortal en la gestión de Claudia Sheinbaum que, de por sí, ya traía un historial de reducción del presupuesto para el llamado “gusano naranja” y enfocó su prioridad de inversión y modernización en la Línea 1, la de más antigüedad del sistema, con 4 mil 500 millones de pesos.
Aunque lo ocurrido en la L12 es lo más grave acontecido en los últimos 45 años en el Metro de la CDMX –que se acerca a su 52 aniversario–, es el tercer hecho que provoca la muerte de personas en lo que va de la administración de la morenista y bajo la dirección general de Florencia Serranía Soto, quien conoce bien el organismo, pues lo dirigió en 2004, cuando el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno del Distrito Federal.
El choque de trenes en la estación Tacubaya de la Línea 1, el 10 de marzo de 2020, y el incendio del Puesto Central de Control (PCC1), el 9 de enero de 2021 –con saldo de un muerto, cada uno–, han sido las más recientes advertencias de los riesgos que amenazan a todo el STC por las pésimas condiciones de sus instalaciones fijas y rodantes, escasez de refacciones, direcciones acéfalas o concentradas en una sola persona, recortes de prestaciones laborales y falta de equipos de seguridad para sus poco más de 15 mil trabajadores; entre otros elementos que alertan empleados sindicalizados, principalmente en las líneas A, B, 4 y 9, a las que llaman “bombas de tiempo”.
Por cierto, cuando ocurrió el incendio en el PCC1, Serranía Soto se ostentaba como directora general y como subdirectora de Mantenimiento a la vez. Recientemente Nahum Leal fue nombrado en el puesto.
EL ESTRUENDO
A las 22:15 horas del pasado lunes 3, Arturo Larios, jefe de Regulación en la estación Olivos de la L12, informó que se presentó “un corte de corriente de alimentación-tracción en toda la línea”, según el Informe Diario de Operación (IDO) de ese día, cuya copia tiene Proceso; el mismo documento que todos los días a las cinco de la mañana recibe la directora Florencia Serranía por correo electrónico.
De inmediato preguntó al personal de la Subestación de Energía de Alta Tensión, que está en el PCC2 –en la sede principal del Metro, en la alcaldía Cuauhtémoc–, el motivo del incidente, pero le contestaron que “no se sabía” y le pidieron tiempo para revisar los equipos.
A las 22:20 horas, el conductor titular del Tren 19 FR-0007/0008 FE-10 anunció que bloqueó el convoy “al escuchar un fuerte estruendo al ingresar a la Estación Olivos vía 2”. Dijo que notaba “humo en la parte posterior del tren” y le ordenaron revisar lo ocurrido.
A las 22:26 horas, Hugo Medrano, inspector jefe de la estación Olivos, informó del desastre: “Se desploma una ballena a la altura del cadenamiento 10+200 al 10+100 aproximadamente en la Interestación Tezonco-Olivos, al momento de dicho desplome el Tren 19 M-0007/0008 FE-10 se encontraba circulando por vía 2, ingresando cinco carros a la Estación Olivos, los carros FR-0007 y FN-1007 caen junto a la ballena al arroyo vehicular de Avenida Tláhuac, hay usuarios lesionados en el andén de la estación, sin dar un estimado, sólo notificando que uno de ellos pierde una mano”.