Mantienen camioneros su protesta
Autobuses llenos de agentes llegaron a las inmediaciones de la colina del Parlamento
Cientos de camioneros que obstruyen las calles de la capital canadiense se mantuvieron firmes y tocaron sus bocinas el jueves, mientras la policía ingresaba en la zona, amenazando con disolver la protesta contra las restricciones implementadas en la nación por la pandemia de Covid-19.
Estamos absolutamente comprometidos a poner fin a esta manifestación ilegal”. Steve Bell, jefe interino de la policía de Ottawa
Autobuses llenos de policías llegaron a las inmediaciones de la colina del Parlamento de Ottawa, y los trabajadores colocaron vallas adicionales alrededor de los edificios gubernamentales.
“La acción es inminente”, señaló el jefe interino de la policía de Ottawa, Steve Bell. “Estamos absolutamente comprometidos a poner fin a esta manifestación ilegal”.
La policía seguía negociando con los manifestantes y trataba de persuadirlos para que se fueran a casa, comentó Bell. “Queremos que esta protesta termine pacíficamente”, dijo, pero añadió: “Si no se van de manera pacífica, tenemos planes”.
Muchos de los camioneros de la autodenominada Caravana por la Libertad parecían impasibles tras días de advertencias de la policía y del gobierno de que se arriesgaban a ser detenidos y a que se les confiscaran los camiones y les congelaran sus cuentas bancarias.
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SE TENSAN RELACIONES
“Estoy listo para sentarme y verlos rociarme gas lacrimógeno”, señaló uno de los líderes, Pat King. En cuanto a los camiones estacionados uno al lado del otro, comentó: “No hay grúa en Canadá que los vaya a tocar”.
En medio de las tensiones cada vez más altas, los camioneros ubicados afuera del Parlamento hicieron sonar sus bocinas, desafiando una orden judicial que prohibía hacer eso y que fue emitida en beneficio de los residentes de la zona.
Ottawa representa el último bastión del movimiento después de semanas de protestas y bloqueos que cerraron los cruces fronterizos con Estados Unidos, causaron daños económicos a ambos países y crearon una crisis política para el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Las protestas han sacudido la reputación de civismo y respeto a las normas de Canadá, y han inspirado caravanas similares en Francia, Nueva Zelanda y Holanda.