Los co$tos de la ‘racionalización’
Exfuncionarios capitalinos lo niegan, eso pudo influir en una construcción con múltiples defectos estructurales
Desde que se concibió la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) las empresas participantes en la obra, así como el gobierno de Marcelo Ebrard, buscaron “racionalizar” recursos, y aunque las constructoras y los exfuncionarios capitalinos lo niegan, eso pudo influir en una construcción con múltiples defectos estructurales, como los que dieron a conocer en su peritaje la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) y en su informe de Inspección Física del resto de la línea el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).
De entrada la empresa Consultoría Metropolitana de Ingeniería SA de CV (Cominsa), citada en dicho informe, realizó un estudio comparativo con ventajas y desventajas entre un cajón subterráneo y un viaducto elevado para construir las 22 estaciones del proyecto original, que finalmente se redujeron a 20.
Las ventajas del cajón subterráneo radicaban en que tendría un comportamiento geotécnico y estructural adecuado durante la vida útil de la línea; gran capacidad de estructura para soportar deformaciones generadas por los asentamientos diferenciales; alta capacidad para soportar sismos de gran magnitud; mínimo mantenimiento a las instalaciones fijas; impacto urbano nulo; además de que, concluida la obra civil, se restituiría en su totalidad el tránsito vehicular.
Los contras consistieron en que la construcción de la obra civil requería cerrar la vialidad e incrementar el desvío y adecuación de las instalaciones municipales, además de que los costos de la obra civil se elevarían.
Sobre la construcción del viaducto elevado –del cual se desplomó un tramo entre Olivos-Tezonco– las desventajas eran más que los beneficios, según Cominsa. Fundada en 1986, la firma se dedica a la consultoría, asesoría, elaboración de proyectos, diseño y construcción, tanto en el sector público como en el privado, esencialmente en el área de transporte masivo de pasajeros, como Metro, Tren Ligero, Tren Suburbano y ferrocarriles.
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Entre las ventajas para los constructores estuvo la disminución de las desviaciones y adecuaciones de instalaciones municipales; el tiempo de ejecución de la obra civil era menor; mientras que los costos se reducían de manera importante.
A cambio de eso, el sistema estructural de la parte elevada sería susceptible de deformaciones ante los asentamientos diferenciales, reduciendo los factores de seguridad. Además, las características y variaciones del suelo detectadas en el trazo de la Línea 12 incidirían en asentamientos diferenciales, afectando el comportamiento de la estructura y, como consecuencia, la operación. Todo lo anterior con impacto en la seguridad de las instalaciones.
Otras desventajas identificadas fueron que el mantenimiento de la estructura y el sistema de vías resultaría “costoso y complejo”; se reduciría la velocidad de operación debido a las deformaciones de la estructura; además de la susceptibilidad a presentar daños por movimientos sísmicos mayores, como el ocurrido en septiembre de 2017.
Observaron daños al material rodante
Finalmente Cominsa observó que en el viaducto elevado se generan daños al material rodante debido a los golpes constantes de las vías por los desniveles; además de dejar un impacto urbano negativo.
Pese a las advertencias, Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y Carso Infraestructura y Construcción (CICSA) decidieron construir nueve de las 20 estaciones sobre el viaducto elevado. La empresa de la familia Quintana decidió utilizar elementos de concreto prefabricado; mientras que la compañía del hombre más rico del país, Carlos Slim, utilizó estructura metálica de la interestación Lomas Estrella-Calle 11 a la interestación Zapotitlán-Tlaltenco.
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