Sufre abuelito drama diario para sobrevivir
Don Rubén Alonso Rosas López, adulto mayor residente de la colonia Nuevo Milenio en Reynosa, asegura ser de condición muy humilde y por eso hurga entre los desperdicios que hay en contenedores de basura para llevarse algo de comida a la boca
“Hoy me fue bien, porque acabo de echarme unos restos de taquitos. Estaban en buenas condiciones y eran de carnita y si hubieran estado echados a perder, los habría dejado ahí de donde acabo de salir”, dijo con gesto de satisfacción.
‘’También me encontré unos botes de aluminio que voy a vender mañana o pasado, cuando junte más. A eso me dedico, recorro a bordo de mí bicicleta varios contenedores, entro en ellos y empiezo a buscar algo que pueda comer y que pueda vender’’, expresó.
“También de lo que consigo de comida, le llevo a mí viejita que la tengo en la casa. Yo vivo en el número marcado con 478 de la calle Juan Granados y si hay alguna persona de buen corazón que me pueda ayudar con una despensa o con otra cosa que nos sea de utilidad, pues será bienvenida y se los voy a agradecer toda la vida y puede visitarme en mí domicilio cuando así lo desee”, añadió en su relato, tras salir de un contenedor de basura ubicado en la avenida Héroes de la Reforma de la colonia Benito Juárez.
Más de la sección
En la Nuevo Milenio, por la calle calle Juan Granados, tiene usted su humilde casa, hecha a base de madera, con muchas carencias, pero ahí vivimos, agregó en su relato.
“A mí difícilmente me dan trabajo, hay veces que alguien me contrata para limpiar terrenos, para barrer calles, en fin, todo eso me da a ganar un dinerito que cuando se puede le compro comida a mí mujer en alguna taquería o le llevo una naranjita, una manzanita, unos platanitos o lo que se pueda”, añade Rosas López.
Personas como Rubén, que viven en extrema pobreza, hay en las distintas colonias populares ubicadas en las goteras de esta fronteriza ciudad, personas que requieren ser apoyadas por alguna instancia gubernamental o bien por organismos de caridad.
Momentos en que Rubén hurga entre la basura del contenedor para llevarse algo a la boca.