La Aduana de Reynosa, 1862
El 4 de octubre de 1855, el general en jefe del Ejército del Norte y gobernador de Nuevo de León y Coahuila, Santiago Vidaurri, emitió un decreto de siete artículos donde estableció las aduanas de Reynosa, Camargo y Mier; esto les daba la oportunidad a los habitantes fronterizos para participar en el comercio exterior
Antropólogo Martín Salinas Rivera
Cronista municipal de Reynosa
La Sección de Inventarios del Archivo Municipal de Reynosa (AMR), cuenta con una serie de documentos generalmente preparados al término de los gobiernos locales. Existen también inventarios de otras dependencias gubernamentales, como es el caso de la Aduana de Reynosa en 1862, documento que por sí solo nos narra la situación que pasaba en Tamaulipas en esos tiempos.
Los aranceles de las aduanas en la frontera fueron importantes para el financiamiento de conflictos bélicos en el país de México, durante el siglo XIX. En Reynosa, la primera aduana local fue implantada por los americanos durante su estancia en esta villa en los años de 1846 y 1848.
Durante la guerra entre México y los Estados Unidos, en el territorio inmediato al río Bravo, prosperó un intercambio comercial lucrativo propiciado por los mercaderes de ambos lados de la nueva frontera. Esta comercialización permitió al fronterizo consumir productos importados de calidad a bajos precios. Pero al retirarse las tropas norteamericanas, el gobierno centralista en México, reinstaló los antiguos aranceles impositivos, estrangulando así al comercio naciente.
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Debido a los altos aranceles implantados, el reclamo fronterizo no se hizo esperar ante la posición del gobierno centralista. La protesta de los habitantes se hizo a través del famoso "Plan del Campo de La Loba", liderado por José María de Jesús Carvajal. La proclama fue presentada en una ranchería cerca del antiguo pueblo de Guerrero, Tamaulipas, en septiembre de 1851.
Dentro de los 12 artículos del Plan, las demandas populares pedían el retiro del Ejército Federal, una reducción en los impuestos aduanales, anulación a la prohibición de intercambio comercial y sobre todo, la eliminación de las grandes multas por contrabando. Demandaban también que se permitieran ciertos productos libres de aranceles. En el artículo 8º, se pedía el establecimiento de la Aduana en villa de Reynosa, comprometiendo a sus habitantes a apoyar a la causa.
Entre 1851 y 1853, los nuevos vecinos de los Estados Unidos patrocinaron un movimiento para la creación de un Estado conocido como la "República de la Sierra Madre". El episodio histórico es conocido también como la "Guerra de los Mercaderes".
Según documentos de la Sección de Circulares y Decretos del AMR, el 4 de octubre de 1855, el general en jefe del Ejército del Norte y gobernador de Nuevo de León y Coahuila, Santiago Vidaurri, emitió un decreto de siete artículos donde estableció las aduanas de Reynosa, Camargo y Mier; esto les daba la oportunidad a los habitantes fronterizos para participar en el comercio exterior.
Esto llevaría a que se creara la Zona Libre en la frontera tamaulipeca desde la Guerra de Reforma (1858); este territorio fronterizo, libre de aranceles, existió hasta 1905, cuando se abrió la vía ancha del ferrocarril entre Monterrey y Matamoros.
La Guerra de los Crinolinos y Rojos
En 1861, la aduana de Reynosa de nuevo se vio involucrada, al renovarse los poderes en Tamaulipas, en un tipo de guerra civil dentro del Estado. Al terminar la Guerra de Reforma se convocó a elecciones para cambiar las autoridades locales. A nivel de gubernatura, se postularon dos candidatos: por el partido de los "crinolinos" o "amarillos", tenía como candidato a Cipriano Guerrero, apoyado por Juan de la Garza; por el partido de los "rojos" estaba el coronel Jesús de la Serna García, dueño de la hacienda de Alamitos en Magiscatzin (en el actual municipio de González).
Debido a que ninguno de estos grupos liberales obtuvo la mayoría de votos, se llevó a cabo una segunda vuelta donde triunfó De la Serna. Pero la inconformidad de Guerrero y sus seguidores los llevaría a un conflicto armado entre los dos grupos, especialmente en Tampico y Matamoros.
Todo esto sucedía en las vísperas de la Intervención Francesa en México; para el gobierno de don Benito Juárez el divisionismo político lo obligó a tomar decisiones drásticas, como fue declarar a principios de enero de 1862 "al Estado de Tamaulipas en Estado de sitio. La autoridad militar, nombrada por el gobierno general (federal), resumirá en consecuencia los mandos político, civil y militar".
Para el gobierno de Juárez en 1861, las aduanas de Matamoros, Tampico y las Villas del Norte, prácticamente eran el único recurso factiblemente aprovechable en el Estado, aunque su fruto ya estaba comprometido para el pago de la deuda extranjera.
El conflicto entre los amarillos y los rojos, se empezó a definir el 24 de febrero de 1862, cuando los rojos, al mando de José María de Jesús Carvajal, enviaron una gran ofensiva para someter al último reducto de los crinolinos en la ciudad de Matamoros. Pero después de una encarnizada lucha, los amarillos dirigidos por Macedonio Capistrán, lograron derrotar a sus contrincantes, viéndose Carvajal forzado a retirar sus tropas de dicha ciudad, perdiendo pronto los rojos la superioridad militar en el Estado.
Juárez trató de solucionar el conflicto nombrando a Santiago Vidaurri (gobernador de Nuevo León-Coahuila), para que pacificara Tamaulipas, dándole todas las facultades para organizar la defensa del territorio nacional en suelo tamaulipeco, con la libertad de utilizar las rentas estatales y federales. Vidaurri manejaría todos los recursos aduanales en los puertos de Tampico, Matamoros y las Villas del Norte. Tenía el apoyo de tropas militares de Durango, Chihuahua y la Huasteca.
La decisión del gobierno federal de dar a Vidaurri el control de Tamaulipas, fue criticada no solo por los líderes rojos. El propio general Ignacio Zaragoza desde Xalapa, le hacía ver a Juárez que la nominación de este personaje podía acarrear graves conflictos entre Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
A finales de enero de 1862, Vidaurri, con autorización de Benito Juárez, decidió nombrar al expresidente de México Ignacio Comonfort, como gobernador de Tamaulipas, para terminar momentáneamente con la seria contienda civil en el Estado de Tamaulipas.
El inventario de la Aduana en 1862
Según el inventario de la Aduana levantado el 2 de abril de 1862, la revolución durante el gobierno de Jesús de la Serna (de los rojos), había causado estragos en el Estado de Tamaulipas. En ese entonces, Andrés Muguerza era el administrador de la Aduana de Reynosa. Don Trinidad Flores, el alcalde 1º constitucional de Reynosa, practicó el inventario del estante de madera que contenía la documentación de dicho organismo.
Andrés Muguerza explicaba del "triunfo obtenido en la plaza de la H. Matamoros por sus denodados defensores (crinolinas) el 24 (de febrero)... contra los que, de revolucionarios locales (rojos), se hicieron generales de la nación desconociendo al supremo Gobierno... la aduana fronteriza de esta villa había sido clausurada en el período revolucionario o mejor dicho, administrada por las autoridades municipales de la misma revolución (por los rojos)".
Muguerza y los empleados aduanales, habían sido capturados por el grupo de De la Serna. El 1º de abril, el personal de la Aduana volvió a sus respectivas funciones. El 2 de abril, el alcalde 1º dio cuentas de "las mesas, menaje de escritorio, libros y demás documentos que sobre ella existían". En el inventario incluía libros, guías, tornaguías, asientos de pases, borradores de oficio, circulares del Estado, etc.; lo conformaban un total de 23 expedientes que habían sido elaborados entre 1857 y 1861.
Entre los documentos importantes se encontraba la Resolución Superior del 24 de enero de 1858, que habilitaba a este pueblo de Reynosa al comercio extranjero, en otras palabras, como Zona Libre.
Según este inventario, la oficina de la Aduana de Reynosa se encontraba en el juzgado de la villa, en lo que fue el cuarto que sirvió de Sala de Cabildo, en el terreno que se le asignó a la Casa Consistorial. El departamento de la Aduana estaba en lo que es la entrada al Palacio Municipal, y la parte oriental de las oficinas del predial de Reynosa.