Los hace latir en Auditorio Nacional
Decir que Jorge Drexler hace latir a México no es en sentido figurado. Las palmas de un Auditorio Nacional abarrotado iban a ritmo para acompañar su interpretación de “Corazón Impar”, su tercera canción, pero el uruguayo les pidió mejor acompañar la cadencia de la batería con los pies, a pisotones
“Así suena como un corazón”, le dijo la noche de este jueves a las 10 mil personas, que, de acuerdo a los organizadores, agotaron el boletaje para ver el show más grande que el ganador del Óscar había dado.
“¡Benditos conciertos!”, celebró a su regreso, tras cuatro años sin tocarle al país.
Como si Drexler presintiera que sería una noche donde todo saldría como marcado por un plan maestro, en cuanto se paró en el escenario, unos minutos antes de las 21:00 horas, se arrodilló y besó el suelo, lo que le valió montones de aplausos.
Su presentación arrancó con audios de WhatsApp de su prima científica, que hablaba sobre lo poético que hay en elementos científicos, como pensar que dos células se unieron en Mesoproterozoico para inventar el amor, de lo que habla una de sus canciones.
Pero aquella no fue la única explicación de sus letras, pues el cantautor se dio varios espacios para hablar con la gente y contarles qué motivó cada tema, que se remontaban en algunos casos a más de 30 años que lleva de carrera.
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Lo mismo regaló “Duermevela”, dedicada a su madre; “El Día Que Estrenaste el Mundo”, sobre descubrir una fotografía con un hijo recién nacido, y “Salvapantallas”, para sus hermanos.
El escenario era totalmente blanco, igual que la portada de su álbum Tinta y Tiempo, cosa que quiso explicar a los fans.
“Fue una batalla muy dura contra la hoja en blanco contra la pandemia, muy pocas veces lograba yo romper ese vacío que tiene de posibilidades infinitas, una hoja en blanco. Al final gané 10 batallas que tiene el disco”, contó.
El color lo puso la música y las emociones que despertó, pues el músico se permitió hasta jugar con su tema “El Día Que Estrenaste el Mundo”, que cantó con un efecto de distorsión de voz en el micrófono. También tuvo que rapear en inglés cuando interpretó “¡Oh, Algoritmo!”
Era su concierto más grande, pero Drexler tenía en la memoria su primer concierto en el país en 2001, cuando apenas cantó para casi veinte personas; por ello, quiso replicar la misma intimidad.