La novelografía de Pedro Ochoa: Tijuana en sus páginas
Una carta de amor a Tijuana a través de la novelografía de Pedro Ochoa.
CIUDAD DE MÉXICO.- A medio camino entre la autobiografía y la novela, el primer libro del gestor cultural Pedro Ochoa, Y muy tarde comprendí, es una carta de amor añorante al pasado provinciano de la ciudad de Tijuana, que hoy se ha convertido en una de las ciudades más dinámicas y posmodernas del mundo.
- Presentado la noche de este jueves en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, en Coyoacán, la "Novelografía" de Ochoa se enfoca en la infancia y primera juventud de quien se convertiría en uno de los agentes culturales más importantes de su ciudad natal, como exdirector del Centro Cultural Tijuana (Cecut) y ex Secretario de Cultura de Baja California.
Acompañado de los escritores Juan Villoro y Guadalupe Loaeza, en una mesa moderada por el gestor cultural Gerardo Estrada, el autor describió a la ciudad-personaje que retrata de su primer esfuerzo literario.
Más de la sección
"Me tocaron los últimos años de una Tijuana provinciana, que se desenvuelve solamente el centro, es la Tijuana de los nightclub en Avenida Revolución, sin calles pavimentadas, con asentamientos irregulares en los que nos toca ver la enorme transformación urbana que realiza el Gobierno de Echeverría: canalización y urbanización de aquella Tijuana, el aeropuerto, la universidad, la preparatoria, la Carretera Transpeninsular, el acueducto Mexicali-Tijuana, el Instituto Tecnológico de Tijuana", describió Ochoa.
Por ello, la fecha de la presentación se eligió para que correspondiera con el 135 aniversario de la fundación virtual de la urbe, ocurrida el 11 de julio de 1889.
En su intervención, Villoro retomó la apreciación del antropólogo Néstor García Canclini de que Tijuana es "el mayor laboratorio de la posmodernidad del mundo" y celebró la habilidad del autor de la novelografía para mostrarlo.
"Esa transculturización, que va desde la fayuca hasta las mezclas culturales, están marcadas aquí, de una manera absolutamente llana, con los ojos de un niño, con los ojos de un adolescente, con los ojos de un joven, es decir, con los ojos del deslumbramiento", comentó Villoro.
"Porque ésa es una palabra que describe muy bien lo que ha hecho aquí Pedro Ochoa: todo el tiempo está descubriendo cosas y fascinándose ante ellas, ya sea la lectura, la música o las anécdotas familiares", apuntó.
El libro, que toma su título de la canción Hasta que te conocí, de Juan Gabriel, es también una celebración de lo popular y "culto" como dos expresiones que tienen la misma altura.
"Hay mucha base de verdad en este libro, es una cantera de lo real, y en esta cantera de lo real encontramos los valores esenciales de Pedro, esta defensa de lo culto y lo popular, de las identidades nacionales, que son identidades múltiples, de la libertad individual, de la justicia social, y también de la antisolemnidad como una herramienta decisiva para sobreponernos a los quebrantos de la realidad", apreció Villoro.