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Homenaje a la poesía y cultura indígena

Impacto de Juan Hernández en la preservación cultural

Foto: Agencia Reforma.Homenaje a la poesía y cultura indígena

"Soy poeta porque me gustan las cosas hermosamente hechas, aunque yo soy imperfecto", se presentó el poeta nahua Juan Hernández Ramírez, originario de Colatlán, Ixhuatlan de Madero, Veracruz, al recibir la noche de este martes un homenaje, junto con la poeta zoque Elvira de Imelda Gómez Díaz, en el marco del ciclo Regeneraciones de la Coordinación Nacional de Literatura del INBAL.

Pero es un poeta de la marginación, previno esta noche en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

"Porque los pueblos originarios siguen estando en esa situación de marginalidad. Además, porque toda escritura literaria de cualquier pueblo originario, los detractores la llaman literatura indígena, para seguir poniendo a los indígenas letras escarlata y seguir estigmatizando, sabiendo que la poesía en sí misma, es universal", puntualizó.

"Solo hay buenos y malos poemas, pero eso de bueno y malo es responsabilidad del poeta: debe buscar y encontrar la esencia de la buena escritura, buscando el privilegio de una voz propia, entonando con su canto todas las voces", apremió Hernández durante el homenaje organizado por la asociación Escritores en Lenguas Indígenas (ELIAC).

La velada en el Palacio de Bellas Artes devino en defensa por las lenguas originarias, esas que el poeta, quien fue profesor de educación indígena, rescató luego de haber promovido la castellanización.

Como jefe de sector de educación indígena en la huasteca veracruzana rescató mitos, leyendas, cuentos, cantos y refranes, así como la música, las danzas, la indumentaria y hasta la alimentación orgánica, pero su atrevimiento tuvo represalias.

  • "Un sector del magisterio sindicalista empezó a argumentar que estábamos regresando a la época de las pirámides, las flechas y los taparrabos. El primero de mayo de 1990 fui encerrado en mi oficina con mi esposa por 56 días, sin que pudiéramos alimentarnos bien. Me acusaron de todo lo que quisieron y hasta me fabricaron abusos contra las mujeres, pero afortunadamente he sido congruente con mi principio; con ese acto se desbarató todo mi proyecto. Ahora la educación indígena es solo un proyecto educativo de lujo, abandonado", lamentó.

Cuando después, en Xalapa, lo mantuvieron "sentado en una silla sin hacer nada" comenzó a escribir, no para buscar la fama, sino para atajar el dolor, relató.

Por su parte, Elvira de Imelda Gómez Díaz, originaria de Chiapa de Corzo, Chiapas, destacó la fundamental contribución de las mujeres en la preservación de la lengua.

"Gracias a ellas se transmite a los hijos la belleza de las palabras y la sonoridad del lenguaje cuando hablan su lengua materna", ponderó la autora.

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También reconoció los aportes de ELIAC y sus inicios en paralelo al movimiento armado de Chiapas: "dio un paso para organizar talleres literarios en diferentes estados y en la Ciudad de México, logrando así la formación de mujeres escritoras en lenguas originarias".

La poeta ayuujk Rosario Patricio, quien preside ELIAC definió a Elvira de Imelda Gómez Díaz no solo como una poeta, sino como una guardiana de la lengua y la cultura del pueblo zoque.

"Una portadora de la antorcha que ilumina el camino de la salvaguardia y el tesoro de la diversidad lingüística y cultural.

"En un mundo donde las lenguas indígenas enfrentan el peligro de la extinción a través del olvido, la voz de Imelda resuena con un eco poderoso que desafía al tiempo y al olvido, con miras a perpetuar la lengua zoque", dijo.

A Juan Hernández, Patricio lo calificó como "tesoro viviente de la cultura náhuatl".

"Con su poesía y narrativa ha tejido puentes entre el pasado y el presente, entre el corazón y el espíritu. En las sutiles sinfonías de sus versos, Juan Hernández nos lleva de la mano a un mundo donde los susurros de nuestros antepasados cobran vida; a través de la magia de su poesía nos invita a explorar los rincones más profundos de nuestra identidad, a contemplar la belleza esencial de nuestra lengua y a honrar la riqueza de nuestras tradiciones".

El homenaje fue moderado por la escritora mazahua Susana Bautista, quien se alegró que el homenaje se efectuara el 19 de marzo, día simbólico porque comienza la siembra en los pueblos.

"Aquí lo que se está sembrando es la semilla de la palabra en las nuevas generaciones".