Desmenuza arquitectura
Película se desarrolla en Ciudad de México, desiertos del norte del país, costa Pacífico y Los Angeles
CDMX
“Y si la quieres capturar tienes que jugar también ese juego de escalas”, dijo en una entrevista por videollamada precisamente desde la capital mexicana, a propósito del estreno de la película este viernes en Netflix a nivel mundial tras su paso por cines.
“Bardo”, el más reciente filme de Alejandro G. Iñárritu, creó grandes expectativas desde el anuncio de su rodaje al ser la primera película del director filmada en su tierra natal en casi dos décadas. Al volver, el cineasta buscó hacerlo a lo grande.
Las enormes escalas no sólo eran los tamaños, sino el tiempo que querían proyectar, navegando entre diferentes siglos de su historia, desde el choque entre los mexicas y los españoles hasta la actualidad. También en las diferentes décadas del último siglo por las que su protagonista Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho) ha vivido.
- El rodaje de una escena de “Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades”.
ARQUITECTURA
“Para mí era muy importante que se reflejara la arquitectura de este país y la historia de este país. Esta locura de arquitectura que hay en esta ciudad es maravillosa”, dijo Caballero, quien en su carrera ha sido galardonado con el Premio de la Academia por la dirección de arte de “El laberinto del fauno” y nominado por su trabajo de diseño de producción en “Roma”, de Alfonso Cuarón.
Entre los edificios y sitios históricos que muestra el filme, de título completo “Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades”, está el Zócalo en cuyos alrededores se conocieron Moctezuma y Hernán Cortés al inicio de la conquista.
También hay edificios coloniales del s. XVI y XVII, el Castillo de Chapultepec, cuya construcción inició en 1785, así como colonias (barrios) art déco como la Condesa y la Roma.
“Se mezclan los 70, los 80, los 90, los 2000, las cinco décadas en las que Silverio ha vivido”, agregó Caballero. “Todo eso está puesto en la película de alguna manera”.
Para lograr su cometido, filmaron de forma “híbrida” entre locaciones reales y sets que fusionaban con efectos visuales. El Castillo de Chapultepec, por ejemplo, es un edificio protegido, pero en la película se recrea en él la batalla de los Niños Héroes (cadetes que combatieron contra el ejército estadounidense en 1847), incluyendo a Juan Escutia, quien según la leyenda se arrojó a su muerte con la bandera mexicana, por lo que fue necesario hacer una réplica a escala de parte del edificio.
“Es un honor y un privilegio haber podido rodar en ese lugar tan maravilloso y con tanta carga histórica”, señaló Caballero. “Construimos esta torre de Chapultepec en un estacionamiento para poder tirar a Juan Escutia y luego digitalmente pusimos esa réplica, era una réplica enorme a escala real que tenía (unos) 10 metros de altura”.