Animales Fantásticos 3: entretenido relato mágico
Hace seis años escribía aquí sobre la película Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, la primera de cinco (planeadas) producciones sobre el magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne), alrededor de 70 años antes de que apareciera Harry Potter
También escribía que aquella película parecía ser dos cosas completamente distintas: por un lado las aventuras cuasi chuscas de Scamander, y por otro un oscuro preámbulo sobre la inminente batalla entre humanos y magos.
Quienes estén familiarizados con el universo creado por la escritora J.K. Rowling saben que la historia entre Dumbledore y Grindelwald es más complicada que eso, y su relación sentimental es lo que permea y mueve los engranajes de una historia que sigue sin sentirse realmente necesaria, pero que cumple con ser entretenida a pesar de que apenas y avanza milimétricamente el gran esquema de las cosas.
El director David Yates regresa una vez más en la que es su séptima película de la saga y entrega varias loables y divertidas secuencias que se apoyan de los espectaculares efectos especiales y la grandiosidad del diseño de producción, vestuario y música, detalles de primera que siempre han caracterizado a la franquicia.
Y sí, al final, lo más destacable sigue siendo la relación entre el humano Jacob (Dan Fogler) y la lectora de mentes Queenie (Alison Sudol), quienes logran encontrar el corazón detrás de una película que no logra trascender el título de producto.