A cartelera el fin de semana
La pubertad se sale de control en película “Turning Red”
Los Ángeles, California
Para bien y para mal, “Turning Red” (“Red”) no se parece a ninguna película previa de Pixar.
La cinta animada dirigida por Domee Shi, realizadora del corto ganador del Oscar “Bao”, es la primera película de Pixar dirigida exclusivamente por una mujer. Su equipo de líderes, incluyendo productores y departamentos de arte, es completamente femenino. Y su protagonista, la joven de 13 años Meilin Lee (cuya voz en inglés hace Rosalie Chiang), es una estudiante china-canadiense de octavo grado en plena pubertad.
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Para Pixar, una fábrica de extravagancias infantiles diseñada para hacer llorar a los adultos, “Turning Red” llena más de un hueco. No sólo está cimentada firmemente en la perspectiva femenina asiática-norteamericana, sino que se adentra en un capítulo de la vida pocas veces frecuentado por Pixar. Es la primera película del estudio en la que, por ejemplo, se ofrece una toalla sanitaria femenina. Y es la primera, dato histórico, en la que hay perreo.
Debuta el viernes
Lo mejor sobre “Turning Red” es cómo expande el horizonte del poderoso estudio de animación de 36 años con un punto de vista refrescante y algunas nuevas movidas. Si algunas de las mejores películas de Pixar han usado conceptos elevados para ilustrar dilemas existenciales, “Turning Red”, que como los dos estrenos anteriores de Pixar está disponible sólo por streaming y debuta el viernes en Disney+, es una de sus películas más claramente específicas.
Ambientada en Toronto en 2002, la cinta sigue a Mei, una estudiante de calificaciones perfectas cuyos maestros la describen como “una jovencita muy emprendedora y levemente irritante”, con un grupo sólido de amigas que la apoyan: Miriam (Ava Morse), Abby (Hyein Park) y Priya (Maitreyi Ramakrishnan). Pero posiblemente la relación más dominante en la vida de Mei es con su madre (Sandra Oh), una mujer controladora pero amorosa cuyas altas expectativas para su hija de alguna manera sofocan a la ansiosa Mei.
Ella le oculta ciertos sentimientos a su madre, como la aparición de impulsos difíciles de controlar, particularmente hacia una popular banda de chicos llamada 4-Town.
La historia tiene una duración: 100 minutos.
Metafórica
Pero cada vez se le hace más difícil mantener algunos de esos sentimientos dentro.
Su madre encuentra una libreta bajo su cama en la que tiene dibujos de 4-Town, y de inmediato culpa irracionalmente a un adolescente mayor de ser una mala influencia. Una mañana Mei despierta y descubre que la transformación que ha estado ocurriendo dentro de ella se ha manifestado: se convierte en un panda rojo grande y esponjoso, una metáfora andante de la menstruación y otros cambios por los que pasan las jóvenes.
“Turning Red” cambia la perspectiva al hijo en ese tipo de relación, pero de manera similar se trata del estira y afloja de una hija en desarrollo de una madre sobreprotectora. La transformación en un panda rojo, que Mei descubre que puede suprimir al moderar sus emociones, también la conecta con su herencia.
Pero “Turning Red” sorprendentemente carece del humor o el tipo de ingenio visual característico de Pixar. Podría ser que, si hablamos de representar los impulsos difíciles de controlar de una adolescente en la forma de un monstruo, “Turning Red” — tan atrevida como puede ser — no se puede igualar con la farsa cómica y desordenada de “Big Mouth”, la serie animada mucho menos apta para toda la familia, aunque también mucho más cercana a la vida real, en la que estudiantes de séptimo grado se mezclan con lascivos “monstruos de hormonas”. No es fácil, o quizá es imposible, hacerle justicia a la pubertad con una clasificación PG (que sugiere cierta orientación de los padres).