En Los Alacranes viven en constante zozobra

Yolanda González, residente

”Es lo único que tenemos y no queremos perder el pedacito de tierra que con tanto esfuerzo limpiamos, no tenemos a donde ir”.

La construcción del corredor que conducirá al Puente Internacional Reynosa-Pharr mantiene en la incertidumbre a las familias que viven en el ejido Congregación Los Alacranes.

Al no ser dueños de sus predios, las personas temen ser desalojadas o que una gran parte de los terrenos les sea quitado para construir la carretera.

Yolanda González, habitante del lugar, comentó que legalmente no son dueños del pedazo de tierra en donde viven, sin embargo, es como si fueran ya que ellos se encargaron de limpiarlo y de tenerlo en buenas condiciones para después construir sus casas.

“Esos predios legalmente no son nuestros. El único derecho que tenemos es que ahí vivimos desde hace muchos años. Nosotros limpiamos el monte que había, porque antes no se les ocurrió, ahora que ya está todo limpio entonces si quieren hacer todo”, indicó.

Aseveró que temen ser sacados de dichos terrenos por no ser dueños, pero espera que las autoridades se compadezcan y no los retiren así como así del lugar.

“Yo me aventé cuatro años sin casa, viviendo solamente en un cuartito donde sólo cabía la cama, la estufa, entonces se me hace injusto que algo que construí con mucho esfuerzo vaya a desaparecer de la noche a la mañana”, expuso.

Agregó: “Es lo único que tenemos y no queremos perder el pedacito de tierra que con tanto esfuerzo limpiamos, no tenemos a donde ir”.

Luego de varias pláticas que han sostenido con representantes del Gobierno del Estado y municipales, no se les ha dado una respuesta definitiva en torno a lo que va a pasar con ellos, afirmó la entrevistada.

“Nosotros estamos buscando el apoyo de la Presidencia Municipal, nos dirigimos con el secretario de Desarrollo Social y nos dijo que iba a dialogar con los que traen la obra para ver qué va a pasar y ver cómo nos afecta o no”, mencionó.

Por último, pidió al gobierno no hacer oídos sordos a sus peticiones y a no cegarse al hacer la obra, ya que todas las familias que viven en el ejido Congregación Los Alacranes no tienen más que ese lugar donde habitar.