Emprenden largos viajes por antídoto
Desde Dallas han ido hasta Waco y Amarillo en su esfuerzo por conseguir la tan ansiada protección
Austin, Tx.
La desesperación por contar con el antídoto contra el Covid-19 ha llevado a varias personas a emprender largos viajes en busca de la dosis, consigna un amplio reportaje de The Dallas Morning News bajo la firma de Allie Morris.
Un hombre de Dallas rentó un auto y viajó 13 horas de ida y vuelta a Amarillo para vacunarse contra el coronavirus.
Una pareja, también de Dallas, se registró en varios centros de vacunación en el estado hasta que lograron que se les programara una cita en una ciudad de 6,000 habitantes cerca de Waco.
Otro hombre de Dallas le programó una cita a su madre en San Antonio a pesar de que ya estaba en otra lista de espera en un centro de vacunación más cerca de casa.
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Sus casos distan mucho de ser únicos.
En un estado que no impone restricciones a dónde pueden las personas aplicarse la vacuna contra el coronavirus, texanos desesperados están viajando a horas de distancia con tal de conseguir una.
“Es de todos contra todos”, dijo Paul Martínez, de 70 años, residente de Dallas que viajó dos horas con su esposa hasta el condado de Falls para vacunarse.
La decisión de Texas de dejar que los texanos se vacunen en cualquier lugar del estado era para que todos pudieran acceder a una vacuna, incluyendo los que viven en comunidades donde hay pocos o no hay proveedores de vacunas.
MUCHAS LISTAS
Pero en la prisa por conseguir una vacuna, mucha gente se ha estado registrando en cualquier lista que encuentra y toma la primera cita que le dan, aun si tienen que manejar horas.
Pero eso no es práctico para todos los texanos, especialmente los que no tienen vehículo, un horario flexible o acceso a internet.
Esas personas ya están en desventaja en una campaña de inmunización en que el sistema de registro es mayormente en línea y hay que acudir en vehículo a los centros de vacunación.
La mayoría de los residentes del condado de Dallas se está poniendo la vacuna en los centros de vacunación locales, pero uno de cada cinco de los que se han vacunado —más de 46,000— lo ha hecho fuera, la mayoría en algún condado vecino, según datos del estado.
Pero más de 11,000 fueron inoculados en Bell, Harris, Smith y por lo menos otros 134 condados del estado, algunos de ellos ubicados en lugares remotos.
Pero mientras ellos salían del condado, otros miles de residentes del Norte de Texas y de diferentes puntos del estado vinieron al condado de Dallas buscando una dosis de vacuna, de acuerdo a los mismos datos.
Funcionarios de varios condados urbanos y rurales dijeron que no ven ningún problema en que no haya restricciones de residencia. Entre más personas se vacunen, mejor, dicen.
“Nosotros recibimos de buena gana a cualquiera que venga”, dijo John Graves, director ejecutivo de Dimmit Regional Hospital, donde cerca de la mitad de las personas que vacunan vienen de fuera del condado, unicado al sureste de San Antonio.
EN SU CONDADO
El Departamento de Servicios Estatales de Salud dijo en un comunicado que la gran mayoría de las personas, el 72% a nivel estatal, han sido vacunadas en el condado donde radican.
Hasta la fecha, más de 2.7 millones de texanos ha recibido al menos una dosis de la vacuna.
“Ha habido muchas anécdotas de gente que viaja a vacunarse en otra parte, pero los datos indican que la mayoría de la gente no está viajando lejos para vacunarse”, declaró Lara Anton, portavoz del departamento.
El Panel Experto de Asignación de Vacunas, integrado por 17 expertos en salud pública, legisladores y funcionarios estatales y que sirve de guía para la toma de decisiones, está al tanto de las quejas y “considerando si se tiene que hacer alguna modificación”, dijo Anton.
La no restricción de residencia no era para hacer a la gente viajar por el estado en busca de una vacuna, dijo David Lakey, integrante del panel y vicerector de asuntos de salud y director médico del Sistema de la Universidad de Texas.
La idea era que la gente podía viajar dentro de su zona de residencia en busca de una vacuna o vacunarse en el lugar donde trabajan o van a la escuela, dijo.
“Para mucha gente es más fácil tomarse todo un día y viajar por el estado para vacunarse que para otros, y eso hace plantearse la cuestión de la equidad”, dijo Lakey.