El `tráiler de la muerte´ de Texas alcanzó 65 grados, llevaba 70 personas encerradas
El conductor se enfrenta a cargos que pueden acarrear la pena de muerte. 10 inmigrantes fallecieron asfixiados y otros 26 permanecen en estado grave
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En su comparecencia ante el juez, Bradley ha sido acusado de un delito de tráfico de extranjeros con fines comerciales con resultado de muerte de diez personas. "Pena: máximo periodo de cárcel, pena de muerte o cadena perpetua", concluye el documento judicial. En anteriores casos, los conductores de camiones de la muerte han acabado siendo condenados a penas de más de 30 años.
Cuando llegaron los servicios de emergencia, había 39 personas en el camión. Fueron evacuadas por una exposición prolongada al calor, que en el interior del vehículo alcanzó 65 grados Celsius, según las autoridades locales. El camión no tenía ventilación. 17 personas se encontraban en estado crítico cuando fueron trasladadas a siete hospitales locales. Dos fallecieron.
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Don Filey, director de comunicaciones de University Health System aseguró a EL PAÍS que recibieron a siete víctimas de las tragedia. Dos fueron dadas de alta y cuatro permanecen ahí. “Su condición varía entre buena y crítica”, señaló.
En la declaración de Bradley a la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) del Servicio de Control de Inmigración y Aduana (ICE), el conductor dijo que no sabía que el camión tenía personas en su interior. Insistió en que venía viajando desde Laredo, Texas, luego de haber mandado a lavar y encerar el vehículo. Especificó que el propósito del viaje era entregar el camión a su nuevo dueño en Brownsville. Bradley no es el propietario del camión.
En el documento presentado a la corte, el gobierno detalló que cuando llegó al Walmart de San Antonio, Bradley dijo que “salió del camión para orinar y escuchó golpes en la parte de atrás del vehículo". Explicó que abrió las puertas y se sorprendió "al ver toda la gente que hablaba español”. “Bradley declaró que sabía que el sistema de refrigeración del camión no funcionaba y que los hoyos de ventilación estaban tapados”, detalló el escrito.
Uno de los inmigrantes que viajaba en el camión declaró que no les dieron comida ni agua y que en total había cerca de 70 personas dentro. Bradley estaba trabajando para la compañía Pyle Transportation, una firma de Schaller, Iowa. El dueño Brian Pyle dijo a The Washington Post que el conductor operaba de forma independiente de su compañía.
“Este era su primer viaje. Es algo común en esta industria. Tiene mi nombre en su camión y yo pago por su seguro. Él toma sus propias decisiones y compra su combustible”, afirmó Pyle, quien enfatizó que no sabía lo que Bradley transportaba.
Amy Fischer vocera de la organización Raíces que da defensa legal a indocumentados aseguró que ofrecieron asistencia a los inmigrantes y que ICE no está dando ningún tipo de información respecto a dónde están las víctimas que han salido de los hospitales.
En 2016, Inmigración abrió 2.110 investigaciones por tráfico de personas que resultaron en 1.522 condenas. El camión de San Antonio no es un caso aislado. Agentes de la patrulla fronteriza en Laredo (Texas) han reportado un incremento en el número de casos de tráfico humano en camiones durante las últimas semanas. El 19 de junio descubrieron a 44 nacionales de México y Guatemala encerrados sin ventilación en un vehículo parecido en el cruce fronterizo. Además, el 7 de julio 72 migrantes de México, Ecuador, Guatemala y El Salvador fueron hallados dentro de otro camión, y al día siguiente fueron descubiertos 33 de México y Guatemala.