‘El Chapo’ burla dos veces al Gobierno
Ahora, todas las sospechas le vuelven a situar en el denominado Triángulo de Oro, entre Sinaloa y Durango. A ese agreste reino narco han sido desplazadas las unidades de la élite de la Marina. Curtidas en la guerra contra el crimen organizado (100 mil muertos y 25 mil desaparecidos desde 2006), estas fuerzas son de las pocas que en México gozan de la confianza plena de Estados Unidos
México, D.F/El País
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Ahora, todas las sospechas le vuelven a situar en el denominado Triángulo de Oro, entre Sinaloa y Durango. A ese agreste reino narco han sido desplazadas las unidades de la élite de la Marina. Curtidas en la guerra contra el crimen organizado (100 mil muertos y 25 mil desaparecidos desde 2006), estas fuerzas son de las pocas que en México gozan de la confianza plena de Estados Unidos. El año pasado ya detuvieron a Guzmán Loera y ahora ha vuelto a recaer sobre ellos la responsabilidad de atraparle. Para cumplir su misión disponen de un gigantesco arsenal de inteligencia y medios militares, pero también de la presión del Gobierno mexicano, a quien la pasmosa fuga de ‘El Chapo’ ha dejado en ridículo frente a su vecino del norte y a su propia ciudadanía.
La reconstrucción policial muestra que, tras su huida de la cárcel de máxima seguridad de El Altiplano por un túnel de mil 500 metros, ‘El Chapo’ fue conducido en coche hasta Querétaro, en el centro del país. Y desde allí llevado en avioneta hasta las montañas de Sinaloa. En ese territorio se juega la principal partida. Mientras el Ejército ha desplegado controles en casi todas las arterias viarias, la Marina rastrea sin contemplaciones los pueblos perdidos en la Sierra Madre. El operativo, con apoyo de los servicios de inteligencia, ha dado algunos frutos. El piloto que llevó a ‘El Chapo’ hasta Sinaloa ya ha sido detenido. Y los drones de Estados Unidos han intervenido llamadas clave del entorno del criminal. El cerco, con estos medios, se ha estrechado. Pero el líder del cártel de Sinaloa, libre en un territorio que conoce como la palma de su mano, está demostrando una enorme capacidad de evasión. Sus movimientos se han vuelto imprevisibles. Los saltos y huidas son continuos. Y a sus hombres no les tiembla el pulso a la hora de disparar. Poco les importa que sean tropas de Infantería o los comandos de la Marina. Antes de permitir la captura de su jefe, están dispuestos a matar y morir.
En esta coreografía, Guzmán Loera no actúa solo. Aparte del apoyo de una población que le rinde vasallaje, a su lado está su histórico socio, Ismael El Mayo Zambada, uno de los grandes capos del narco mexicano. De su mano, ‘El Chapo’ habría organizado su fuga del presidio y hallado refugio en el corazón de la Sierra Madre. Junto a esta ayuda, algunas fuentes oficiales citadas por medios mexicanos señalan también una estratégica y reciente alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación, el terrible grupo que en mayo pasado derribó un helicóptero militar y estranguló a plena luz del día la ciudad de Guadalajara, la tercera del país. Este pacto, aparte de multiplicar la capacidad letal de ambas organizaciones, habría ampliado el campo de acción de ‘El Chapo’ y, por ende, sus posibilidades de fuga. Una nueva dificultad para un objetivo que se ha vuelto una prueba de fuego para la credibilidad del Estado mexicano.