Duelo entre los hermanos Villarreal y Jacinto Zamora en San Rafael del Rosario, 1878
Temprano esa noche, Jacinto Zamora había baleado a Perfecto Villarreal en el muslo de la pierna izquierda y apuñalado gravemente al hermano de este, Marcelino Villarreal, en el ijar del lado derecho. Por lo que, al siguiente día 14, el alcalde segundo de la villa, Jacinto Guerra decretó para que el Juzgado se desplazara a ese lugar del suceso a comenzar las averiguaciones de las heridas de Perfecto y Marcelino Villarreal
Cronista Municipal de Reynosa
Serían como las cuatro de la tarde del 13 de abril de 1878, cuando Paulino Mireles pasó con Jesús F Garza al rancho del Rosario, de la Sección novena en la parte oriental de la jurisdicción de Reynosa. Ahí, Mireles, a este representante de la Encargatura del Rosario, le solicitó permiso para hacer una diversión de baile en su casa en ese rancho de San Rafael del Rosario, por un rato durante esa noche. Como a las siete de la noche, el encargado recibió aviso de Mireles sobre un suceso de violencia en su hogar en ese rancho.
Temprano esa noche, Jacinto Zamora había baleado a Perfecto Villarreal en el muslo de la pierna izquierda y apuñalado gravemente al hermano de este, Marcelino Villarreal, en el ijar del lado derecho. Por lo que, al siguiente día 14, el alcalde segundo de la villa, Jacinto Guerra decretó para que el Juzgado se desplazara a ese lugar del suceso a comenzar las averiguaciones de las heridas de Perfecto y Marcelino Villarreal. Pedía que un cirujano, o en su defecto dos peritos, revisaran a los heridos, se tomaran declaraciones y que se mandara aprehender al malhechor.
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La averiguación
Eran como las 8:30 de la noche del mismo día 14 de abril, cuando el personal del Juzgado se estableció en el rancho de San Rafael, en la casa de Paulino Mireles. En la casa se encontraba el herido Marcelino Villarreal. En ese momento el alcalde de Reynosa, Jacinto Guerra, procedió a extender el nombramiento de los dos peritos. Esto parara que se hicieran el examen de las heridas, por no existir un cirujano en el lugar de los hechos. Para esto se nombró a los ciudadanos Juan María Ramírez y Miguel Zamora.
Los peritos observaron que la herida causada por el cuchillo la tenía Marcelino en el costado derecho. Por dicha herida ya se le habían salido las partes interiores del estómago. Los peritos al intentar hacer el reconocimiento, notaron que era tan grave el estado en que se encontraba el lesionado, que nada pudieron practicar. Calcularon que le quedaban pocos momentos de vida, por lo que se procedió a tomarle su declaración.
Marcelino Villarreal era un muchacho de solo 17 años de edad de oficio labrador y vecino de la ciudad de Matamoros. En su declaración explicó que lo había herido Jacinto Zamora, a quien lo había conocido por primera vez en el lugar de los hechos, como a las ocho de la noche del día anterior. Que no tenía enemistad con su heridor porque no se conocían.
El día anterior, Marcelino estaba en la casa de su primo hermano, Paulino Mireles, con motivo del baile que se hizo en el rancho. Esa noche, él estaba también con Paulino y su otro primo Procopio y su hermano Juan Villarreal, cuando este último salió para el patio a donde estaban otras personas. Ahí, Jacinto Zamora le habló a su hermano Juan, manifestándole que deseaba hablarle en privado. No supo de que hayan hablado, pero que pronto se escucharon dos o tres tiros de pistola, por lo que se dirigió al lugar de las detonaciones.
Fue cuando vio que Jacinto Zamora, pistola en mano, peleaba con su hermano. En el acto Marcelino abrazó a Zamora, para evitar que hubiese una desgracia, pensando también que su contrincante no portaba otra arma, nada más que la pistola. Al andar forcejeando con él, Zamora le dio una puñalada con un cuchillo que sacó de la bota, obligándolo a soltarlo. En el momento su agresor escapó del lugar. En su estado de gravedad, Marcelino declaró hallarse en su entero juicio.
El reconocimiento de la herida de Villarreal se pospuso hasta el siguiente día, ya que hubiese recibido la asistencia médica del Dr. Brewster, quién pensaban llegaría en esos momentos. Al día siguiente 15 de abril de 1878, el Juzgado recibió el aviso de que el joven había fallecido por su herida.
El Juzgado se constituyó de nuevo en la casa donde se encontraba el cadáver en su lecho de muerte. Todavía a esa hora no había llegado el Dr. Brewster, por lo que los dos peritos, ya mencionados, hicieron el examen de la herida. Esta fue causada con puñal en el ijar del costado derecho, penetrando como seis pulgadas y al sacarlo el agresor hizo que abriera una incisión de tres o cuatro pulgadas. Esto dio lugar a que por dicha herida saliera todo el redaño. Esta herida tan grave le causó la muerte en poco tiempo a Marcelino.
La declaración de Perfecto Villarreal
El mismo día 15 de abril de 1878, el Juez constituyó el Juzgado inmediatamente en la casa de Martín Morales en el rancho San Rafael. Ahí se encontraba convaleciente el hermano de Marcelino, Perfecto Villarreal. Para esa hora ya había llegado el Dr. Brewster, por lo que se acordó con el Juez Guerra para que diera fe de la herida de bala que tenía Perfecto en la pierna. Pero antes se le tomó la declaración a Perfecto Villarreal sobre los hechos en la noche del 13 de abril.
Perfecto Villarreal era un hombre casado de 30 años de edad de oficio labrador y vecino de la ciudad de Matamoros. Éste explicó que conocía a Jacinto Zamora. Que cierto día él y su hermano Juan Villarreal se dirigían hacia el rancho de don Miguel Treviño a tratar un asunto con un español, cuando estando dentro del terreno de su propiedad, se encontraron a Jacinto Zamora por primera vez.
Cuando Perfecto le preguntó sobre el objeto de su presencia en ese lugar, Zamora le respondió sin discreción. Debido a su contestación de modo altanero que les dio a él y su hermano Juan, le pidieron que fuese más cortés. Al preguntarle sobre la misión que lo traía hasta allí, pues ellos eran los dueños de esos terrenos y el por qué no había llegado a su rancho a preguntar o a pedir licencia, hecho mano a la pistola con el fin de pelear. Según Perfecto, él y su hermano prepararon una pistola y una carabina, para estar a la defensiva solamente. Aunque Perfecto le hizo observaciones de lo mal que podía resultar su comportamiento violento, les respondió en forma desordenada.
En esa ocasión se separaron sin causarse mal alguno. Algunos vecinos que se encontraron después de ese encuentro, les explicaron a los hermanos Villarreal que ese era Jacinto Zamora, quien era sumamente altanero. En el rancho de Treviño, Gavino Zamora tío de Jacinto, les confesó que su sobrino era incorregible.
El día 13 de abril lo festejaban, porque su pariente Paulino Mireles le hacía la primera barba a su hermano Marcelino. Perfecto andaba bailando, cuando su hermano Marcelino le avisó que Jacinto Zamora quería pelea con su hermano Juan Villarreal.
Al momento de salir al patio, Perfecto encontró que su esposa tenía agarrado a su hermano Juan para que no le disparara Zamora. Inmediatamente Perfecto se dirigió a donde se encontraba su contrincante, que estaba esperando a Juan con la pistola amartillada. Juan se abalanzó contra Zamora, quién le descargó un tiro que no lo ofendió, pero sí le agujeró la falda del sombrero. Empezaba el duelo entre los hermanos Villarreal y Jacinto Zamora en el rancho San Rafael del Rosario. En notas anteriores de este matutino muestran que no era la primera vez que ocurrían hechos violentos en ese vecindario al oriente de la villa de Reynosa, el más antiguo por esos lares. En una próxima nota concluiremos el duelo entre los hermanos Villarreal y Jacinto Zamora.
Firma del alcalde 2º de la villa de Reynosa, Jacinto Guerra, quien llevó la averiguación de este caso en San Rafael del Rosario.