Murió Marcos Rivas, figura de Atlante que jugó 11 posiciones

CIUDAD DE MÉXICO.-Marcos Rivas Barrales, mejor conocido como el "Mugrosito", quería pasar inadvertido tras su retiro del futbol, pero su leyenda fue tan grande que hasta el icónico guionista cinematográfico Guillermo Arriaga le dedicó un sentido adiós.

 El "Mugrosito", leyenda del Atlante, fue el único futbolista profesional (al menos en México) en jugar las once posiciones, desde portero a delantero, mito que se acrecentó cuando le detuvo un penal a Leonardo Cuéllar en CU.

 También conocido como el "Hombre 11", como lo describe Enrique Ballesteros en una entrevista, Marcos Rivas falleció anoche en Durango a los 76 años, a seis días de cumplir los 77 (25 de abril) tras no superar una cirugía de hernia inguinal, como reveló el reconocido analista y fan azulgrana Heriberto Murrieta.

 "Siento en el alma la muerte del ídolo de mi infancia", publicó en X el también columnista de CANCHA.

 En un deporte en el que cuestan millones de dólares los futbolistas plurifuncionales (aquellos que dominan más de una posición), el "Mugrosito" se dio el lujo de cubrir la 11 áreas en el campo.

 "Nunca pensé que cumpliera 11 posiciones, porque el primer partido que jugué oficial fue por 'Manolete' (Bernardo Hernández), con el número 11, y posteriormente con el 9, de centrodelantero, y se lastimó una vez (Sergio) Negroe y jugué de lateral derecho, después se lastimó 'Perico' (González) y jugué de defensa central con el 3, con el cuatro de Gisleno (Medina) y después con el cinco de Cremonini, con el 6 por Desachy, después con el 8 del otro contención, el 10 que era Luis Alvarado, el 7 de Norberto Boggio, así se fue dando sucesivamente. En 1973, en la Federación sacaron estas estadísticas, decían que solo me faltaba jugar de portero", contó a Enrique Ballesteros.

 Ni Pep Guardiola tiene a un jugador tan plurifuncional en el Manchester City.

 "Y en 1973, el 23 de marzo más o menos, se cumple la hazaña de jugar las once posiciones parándole un penal a Leonardo Cuéllar. Íbamos perdiendo dos a cero, faltaban como 15 minutos, expulsan a Rafael Puente, estaban permitidos dos cambios y voy con mi compadre Armando Franco y le digo 'préstame el suéter, total, si me meten el gol ni portero soy'.

 "Y no. Afortunadamente, vacilando con Leo, le digo que se lo voy a parar y bromeando le digo 'me voy a tirar para ese lado', y sí, justo lo tiró ahí (a la derecha), para mí fue una satisfacción muy grande porque soy el único jugador tal vez en México y en el mundo que las pudo haber jugado, y a lo mejor puedo estar en un récord Guinness", expresó.

 Integrante de una época romántica en la que en el futbol tenían cabida jugadores como Gisleno Medina, quien jugaba a pesar de solo tener un riñón, a Marcos Rivas no podía bautizarlo otro que no fuera el icónico narrador Ángel Fernández.

 "Nos tiramos un clavado y ese día en la tarde llovió y se deslavó porque era tierra, se puso muy turbia el agua, y Mario Pérez le dijo a Ángel Fernández, 'mira, ve a los mugrosos del Atlante, ¡cómo dejaron la alberca!, pero más el mugroso del Marco Rivas', y de ahí Ángel Fernández, como era su costumbre poner sobrenombres, me puso el 'Mugrosito'", contó.

 Se hizo jugador en las calles de la colonia Nueva Tenochtitlán, en la Gustavo A. Madero, cerca de lo que hoy es la estación del Metro de la Línea 5, Eduardo Molina. Se ganó su oportunidad en el profesionalismo luego de un amistoso disputado en la penitenciaría de Santa Martha Acatitla. Fue al Mundial de 1970 (aunque no jugó) como sustituto del legendario Alberto Onofre. Apenas el pasado lunes estuvo entre los nominados al Salón de la Fama, aunque no libró el corte final.

 El futbol le regaló al "Mugrosito" una historia de película.

 "Murió Marcos Rivas Barrales, jugadorazo del Atlante, encarnación de lo que significaba el equipo. Mi pésame a los suyos y a todos los atlantistas", escribió en X el guionista Guillermo Arriaga.