¡Con autoridad!
Los Reds se valieron de un autogol de Pervis Estupiñán (53’) y otro tanto de Sadio Mané (55’) para obtener el triunfo en la ida de Semifinales
Liverpool, Inglaterra
Liverpool resultó ser un gigante europeo demasiado fuerte para el Villarreal.
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El club inglés quedó a tiro de su tercera final de la Liga de Campeones en cinco años tras salir victorioso el miércoles 2-0 en el partido de ida de las semifinales.
Los “Reds” resolvieron el trámite durante un lapso de dos minutos al inicio de la segunda parte, primero con un autogol del lateral ecuatoriano Pervis Estupiñán y luego con la definición de Sadio Mané.
La marcha de ensueño del Villarreal en el torneo parece llegar a su término. Un conjunto que marcha en el séptimo lugar de la Liga española y repleto de jugadores que nunca pudieron establecerse en Inglaterra había eliminado a Juventus y Bayern Múnich — dos clubes de la alcurnia del fútbol europeo — en las dos rondas previas.
Liverpool, en carrera por una cosecha sin precedentes de cuatro títulos en una misma temporada, salió a liquidar y maniató sin despeinarse a un Villarreal que hizo muy poco.
Pero los seis veces campeones de Europa debieron esperar para abrir la lata.
Los goles cayeron durante un lapso de 133 segundos, a partir de los 53 minutos, cuando el centro de Jordan Henderson fue desviado al fondo de la red por el botín de Estupiñán y el balón se elevó por encima de Gerónimo Rulli. El portero argentino alcanzó a manotear el balón, pero no pudo impedir que se anidara.
La mística del estadio Anfield en las noches europeas suele ampliar rápido las ventajas, de uno a dos goles. Y ello fue lo que ocurrió el miércoles.
Trent Alexander-Arnold filtró un pase hacia a Mohamed Salah y el toque entrelíneas del atacante egipcio dejó el balón servido para que Mané lo puntease a la red.
“El ruido acá fue increíble. Nos llevó al segundo gol”, afirmó el defensa Andrew Robertson. “Nos habría gustado marcar otro, pero dejar en cero nuestro arco y conseguir dos goles es algo que no podemos despreciar”.
El partido de vuelta será el próximo martes en el estadio de la Cerámica del Villarreal y sólo una sorpresa mayúscula haría que el “Submarino Amarillo” no se despida en las semifinales, tal y como ocurrió en su previa presentación en la instancia en 2006.
En cuanto a Liverpool, Jürgen Klopp ha construido una máquina formidable de cosechar triunfos, que luce incluso más completa en comparación con el equipo que se coronó en la edición de 2019 de la Champions, un año después de llegar a la final y de caer ante el Real Madrid, también bajo las órdenes del estratega alemán.
Klopp batió un puño en el aire frente al graderío conocido como The Kop. En tanto, sus jugadores dieron una vuelta olímpica en Anfield tras el silbatazo final.
Pese a ello, todo pareció rutinario y esperado.
Después de todo, este equipo ha ganado ya la Copa de la Liga inglesa, está en la final de la Copa de la FA y marcha apenas un punto detrás del Manchester City en la Premier.
Klopp fue cauto pese a que su equipo dominó ampliamente el cotejo de ida.
“Nada ha pasado todavía”, aclaró. “Estamos jugando un partido que está 2-0 en el descanso. Hay que estar absolutamente alerta. Debemos conservar el ánimo adecuado al 100%”.
En la otra serie, el Manchester City defenderá una ventaja 4-3 al visitar al Real Madrid el próximo miércoles en España.
Podría haber una final de la Liga de Campeones entre los dos rivales del noroeste de Inglaterra.
Un mar de camisetas amarillas del Villarreal avanzó desde el centro de Liverpool hacia Anfield antes del partido. Los 5.000 aficionados representan casi el 10% de la población de esa localidad en el oriente de España.
Y en un homenaje a los Beatles, originarios de la ciudad, y al mote del equipo conocido como “Submarino Amarillo”, entonaron ”Yellow Submarine”, un gesto que fue bien recibido por los hinchas locales antes del puntapié inicial.
Fue lo más cómodos que se sintieron los jugadores y seguidores de Villarreal durante el encuentro.
La vuelta se jugará el próximo 3 de mayo en el Estadio de la Cerámica.