Danzan para pagar ‘mandas’
sandra.tovar@elmanana.com
Si algo ha cambiado entre los grupos conocidos como ‘matachines’, es que los viejos de la danza ya no se dedican a causar terror entre quienes los observaban y además, ejecutan bailes acrobáticos y con mayor dificultad.
Hugo César Coronado Sandoval, pertenece al grupo ‘Ermitaños de Reynosa’ de la parroquia Nuestra Señora del Refugio.
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Cuenta que anteriormente, algunos de los integrantes de la danza se vestían como ‘ancianos o viejos’, ‘diablos’ y hasta ‘gorilas’.
“Originalmente su función era impedir que los danzantes bailaran, pero luego, se usaban máscaras para asustar a la gente, sobre todo a los niños que acudían a vernos bailar”, declaró Hugo César.
Posteriormente, ‘los viejos’ se convirtieron en personajes que cuidan la seguridad de los asistentes, sobre todo cuando se realizan las peregrinaciones por algunas calles de la ciudad.
“Nosotros nos llamamos ‘ermitaños’, eran ángeles malos, pero se modificó y ya no molestamos a los niños, sino que entretenemos a los automovilistas porque a veces se desesperan y quieren pasar pronto”, agregó Hugo César.
Ahora dijo, hacen lo posible para que los niños se sientan cómodos con esos grupos de danzantes por lo que llevan dulces o regalos que les entregan durante el trayecto.
CUIDAN. Hugo César Coronado es un 'ermitaño' en el grupo de matachines de Nuestra Señora del Refugio.
LA PROMESA
Hugo César Coronado Sandoval se convirtió en “ermitaño” por una promesa que hizo por la salud de su madre.
“Fue por fe. Pedí por la salud de mi madre y ahora está muy bien. Luego porque me gustó mucho, porque me di cuenta que son actos de devoción, de amor a Dios a la Vírgen”, destacó Hugo César, quien tiene ya un año de participar en las danzas.
Comenta que su grupo realiza además tareas sociales como ayuda a ancianos, enfermos, a niños de zonas vulnerables para de esta forma, llevar alegría y amor, a quien lo necesite.
“El grupo está formado por un coordinador y yo lo apoyo, pertenezco al Grupo Ermitaños de Reynosa y la danza es de la parroquia Nuestra Señora del Refugio”.
CAMBIA
Iván Hernández pertenece a la danza de la parroquia de San Judas Tadeo y cuenta, que los bailes, han cambiado y ahora, realizan más acrobacias.
“Este grupo es de jóvenes por eso hemos cambiado un poco la danza, pero en otros grupos también van modificando, porque antes, casi todos, bailaban igual”, explicó Iván, quien desde hace tres años se dedica a danzar.
Destaca que pertenecer a un grupo de ‘matachines’ es un acto de devoción, de fe y que todos, se cuidan como una gran familia.
“Nosotros somos 12 tamboreros y 18 danzantes, además de mi que soy el viejo de la danza. Todo el año tenemos danza porque a veces nos llaman de alguna iglesia o en las casas”, agregó Iván.
Indicó que podrían catalogar su danza como tradicional azteca por el vestuario, pero con el plus que les da, el baile más moderno y con cierto grado de dificultad.
CAMBIA. La danza de los matachines es ahora más acrobática.
Antecedentes
>Las danzas de matachines surgieron en los tiempos coloniales, implementadas por los conquistadores, para lograr una mayor penetración religiosa durante el proceso de evangelización.
>Representaban la lucha entre moros y cristianos y el triunfo de la religión católica.
>El baile de estos grupos tradicionales mexicanos se ejecuta con un estilo encorvado y pisadas fuertes con grado de dificultad, lo cual la hace lucir con mayor vigor y vistosidad.
>El vestuario consiste en: camisa, calzoneras, medias, huarache, nagüillas, corpiño o chaleco, patio o cotense y correleras; es complementado por el arco y la sonaja.
>Destaca en él los tocados que los danzantes llevan en sus cabezas, adornados con plumas de colores, collares de cuentas y pequeños espejos.