Con su partido en contra, Marko Cortés intenta reelegirse
Con un padrón capturado por Marko Cortés y su grupo, órganos partidistas bajo su control y el choque de facciones que acusan antidemocracia, la segunda fuerza electoral del país se enfila hacia un convulso proceso de renovación de su Comité Ejecutivo Nacional
El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, pretende reelegirse. Con un padrón capturado por él y su grupo, órganos partidistas bajo su control y el choque de facciones que acusan antidemocracia, la segunda fuerza electoral del país se enfila hacia un convulso proceso de renovación de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
En el horizonte de los tres entrevistados se aprecian diferentes perspectivas críticas al desempeño de Marko Cortés, dirigente desde finales de 2018 de un partido minado, convertido en oposición irrelevante frente al gobierno y, así como va, con pocas expectativas hacia la elección presidencial de 2024.
Con la emisión de la convocatoria para elegir presidente nacional del PAN el pasado viernes 20, la disputa se centra en la intentona de reelección de Cortés, a pesar de los cuestionamientos y denuncias del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién; de la diputada Adrina Dávila y del tabasqueño Gerardo Priego, quienes también aspiran al cargo.
Cortés es cauto. En sus expresiones públicas desde finales de julio evitó referirse a su reelección y a las críticas que le hacen sus compañeros de partido. Este semanario solicitó una entrevista con él para abordar la elección interna panista, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
Identificado con el grupo que ha mantenido el control de ese partido desde que en 2015 arribó a la dirigencia Ricardo Anaya, Cortés se consolidó en el periodo más extenso desde la renuncia de este último en 2017, tras un año en el que se sucedieron en el puesto Damián Zepeda y Marcelo Torres Cofiño. Éste organizaría el proceso en el cual resultó electo Cortés.
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Anaya, Zepeda, Torres y Cortés tienen en común la proximidad de Santiago Creel Miranda –el secretario de Gobernación foxista, aspirante a la candidatura presidencial en 2006 y actual diputado federal electo–, identificado como el auténtico poder detrás del CEN, articulador de la estrategia de captura del padrón a partir de alianzas con cacicazgos partidistas locales, asi como de la toma de los órganos internos, como la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del CEN (Conecen).