Black Friday, un rayo de esperanza para tiendas en problemas
Tras meses de caídas en las ventas y de negocios declarándose en bancarrota, el Black Friday ofrece un pequeño rayo de esperanza
NUEVA YORK
Pero estos no son tiempos normales: la economía se está estancando y se espera que esas multitudes disminuyan drásticamente a medida que aumentan los casos de coronavirus y los compradores recurren cada vez más a internet.
Muchas tiendas minoristas cerraron sus puertas en el Día de Acción de Gracias, pero están reforzando sus protocolos de seguridad para garantizar a los clientes más cautos que pueden acudir al día siguiente. Para aquellos que no se dejarán convencer, los negocios están trasladando sus ofertas más atractivas a internet y reforzando sus servicios de recolección con vistas a las ventas de final de año en medio de un invierno oscuro y con la pandemia aún en su apogeo.
“El Black Friday sigue siendo crítico”, dijo Neil Saunders, director gerente de GlobalData Retail. “Ningún minorista quiere que se estropee. Sigue siendo vital hacer que los consumidores gasten y que se pongan de humor para las fiestas”.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han calificado las compras en tiendas atestadas durante la temporada navideña de actividad de “alto riesgo”, y señalaron que se deberían limitar las compras presenciales, también en supermercados.
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En su lugar, la agencia de salud recomienda comprar por internet, visitar mercados al aire libre o utilizar los servicios de recogida donde los trabajadores le llevan el pedidos al estacionamiento.
En los últimos años, el día posterior a Acción de Gracias ha ido perdiendo lustre como el comienzo no oficial de la temporada de compras navideñas, con cada vez más tiendas ofreciendo promociones durante todo el mes. Sin embargo, el Viernes Negro se ha mantenido como el día de más compras del año, según ShopperTrak, y se espera que revalide el título también este año.
Hay motivos para la esperanza. Los minoristas han logrado convencer a los compradores para que gasten antes promocionando grandes descuentos a mediados de octubre. Y los clientes han mostrado su disposición a gastar en otras fiestas como Semana Santa y Halloween.
La Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés), el principal grupo de comercio minorista de Estados Unidos, ha adoptado una visión optimista y prevé que los compradores buscarán motivos para celebrar. La asociación espera que las ventas en noviembre y diciembre suban entre un 3,6 y 5,2% con respecto a 2019, frente al aumento del 4% registrado el año pasado. Las ventas navideñas se han incrementado un promedia del 3,5% en los cinco últimos años.
“Después de todo lo que ha pasado, creemos que va a haber un factor psicológico de que nos debemos a nosotros mismos y a nuestras familias el tener unas navidades mejores que lo normal”, señaló Jack Kleinhenz, economista jefe de NRF. “Hay riesgos para la economía si el virus sigue propagándose, pero mientras los consumidores se mantengan confiados y optimistas, gastarán en la campaña de Navidad”.
Las ventas por internet podrían generar unas ganancias aún mayores de cara a las vacaciones. Se espera que el Black Friday genere 10.000 millones de ventas online, un 39% más que hace un año, según Adobe Analytics, que monitorea las ventas en 80 de los 100 principales minoritas online de Estados Unidos. Y el Ciber Lunes, el lunes posterior al Día de Acción de Gracias, seguirá siendo el día de más compras online del año con ventas de 12.700 millones de dólares, un incremento del 35%.
La pandemia ya ha beneficiado a Amazon, que sigue afianzando su dominio en internet a medida que los compradores optan por hacer click en sus dispositivos electrónicos en lugar de aventurarse a las tiendas. Del mismo modo, las grandes cadenas comerciales como Walmart y Target, que pudieron seguir abiertas durante los confinamientos de primavera, tuvieron mejores resultados que otros grandes almacenes y negocios no esenciales que se vieron obligados a cerrar. Esta disparidad ayudó a acelerar las declaraciones de bancarrota de más de 40 cadenas, incluyendo J.C. Penney y J.Crew, y provocó el cierre de cientos de tiendas.