Antes de ser actor, "El Cochiloco" quiso ser sacerdote
Joaquín Cosío narró fragmentos de su infancia mientras estaba en entrevista con Yordi Rosado, donde declaró como fue crecer sin un padre y una madre
CIUDAD DE MÉXICO
El actor es conocido por sus papeles en la película "Infierno", "Pastorela" y "La dictadura perfecta ", por mencionar algunos; en esta conversación que tuvo con el conductor, reveló varios momentos nostálgicos de su niñez.
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Cosío declaró que fue criado por sus tres tías, esto debido a que su madre falleció cuando él era muy joven y su padre lo dejó a cargo de las mujeres.
El actor era el más pequeño de ocho niños; sus siete hermanos emigraron a Mexicali y él al ser muy joven tuvo que quedarse en Nayarit con sus tías, ya que nadie más podía hacerse cargo de tal responsabilidad como lo es la crianza de un bebé; fue así como perdió contacto total de su familia directa.
Muchos años pasaron hasta que regresó a su hogar y conoció a sus hermanos; una vez que cumplió una edad más apropiada, sus tías lo dejaron en la que era su nueva casa y con el pasar del tiempo fue cuando conoció al que es su padre.
"Yo no vi a mis hermanos, al igual que mi padre, los reencuentro hasta que tengo 10 u 11 años. Mi padre tiene 96 años, es un roble", dijo Cosío.
El reencuentro fue descrito como inolvidable, ya que fue el momento en el que regresó con los de su sangre; aunque la crianza que tuvieron fue diferente, Cosío asegura que se volvieron unidos y crecieron armoniosamente.
El actor afirmó que la ausencia de su padre nunca lo afectó durante sus primeros años, ya que no puedes extrañar a alguien que nunca conociste.
"Yo creo que, si uno crece sin saber que tiene un padre, puedes vivir así. Si no lo conoces no lo extrañas", aseguró el actor.
Joaquín Cosío llegó a considerar a Dios como su figura paterna ya que tuvo una crianza muy religiosa, incluso llegó a plantearse la idea de ser sacerdote continuando con sus ideales de la infancia, sin embargo, fue en su juventud donde decidió ser actor. "La presencia masculina en esa infancia fue la figura de Dios y Cristo imponente, esa es mi idea. Mis tías todos los días iban a misa y evidentemente yo fui muy religioso, iba 3 o 4 veces a misa. Llegué a ser monaguillo", aseguró.