Los asaltos a tiendas de conveniencias no cesan, de acuerdo a los testimonios de las víctimas son el pan de cada día; las autoridades no han podido hacer nada para frenar la ola de atracos.
Ayer les tocó el tuno a dos sucursales, una que se encuentra ubicada en la colonia Aztlán y la otra en la colonia Jarachina Sur.
En ambos negocios los delincuentes utilizaron navajas para amedrentar a los empleados para despojarlos del dinero de las ventas del día.
Inclusive, uno de los empleados fue despojado de sus pertenencias, entre ellos su teléfono celular.
El primer atraco ocurrió a las 19:00 horas, en la tienda que se encuentra ubicada en la calle Elias Piña, de la colonia Aztlán.
Al negocio llegaron dos delincuentes con armas blancas y despojaron al empleado de la cantidad de 2 mil pesos, producto de las ventas del día, ademas le quitaron su celular.
Luego del atraco los hombres salieron corriendo con rumbo desconocido.
El otro asalto sucedió dos horas después, también dos masculinos portando armas blancas asaltaron a los empleados.
De ese negocio los criminales se apoderaron de la cantidad de 6 mil 897 pesos, ademas antes de salir corriendo tomaron tres cajetillas de cigarros.
En ambos atracos los afectados reportaron de inmediato el robo al número de emergencias 911, pero las autoridades no pudieron hacer anda por detener a los responsables.
Los afectados comentan que cada día aumentan los atracos a la cadena comercial y no hay quien pare a los responsables.
...Y EN GASOLINERA
Un conductor que se fue sin pagar gasolina que cargó en una estación ubicada sobre el libramiento a Monterrey, movilizó a las autoridades policiacas, quienes a pesar de implementar un operativo en su búsqueda no dieron con su paradero.
Los hechos ocurrieron a las 06:30 horas de ayer, en una gasolinera denominada Petroseven, que se encuentra a la altura de la colonia Jacinto López.
De acuerdo al empleado que despachó al hombre, dijo que se transportaba en un automóvil Gran Marquis de color crema sin placas y que lo acompañaba otra persona.
Señaló que el conductor de esa unidad le pidió que le cargara la cantidad de 800 pesos de combustible, por lo que realizó el movimiento.
Una vez que termina, la empleada quita la manguera y coloca el tapón de la gasolina, luego cierra el tanque y de inmediato el cliente emprende a la huida rumbo a la carretera a Río Bravo.
Ante los hechos la mujer llamó a sus superiores, quienes se encargaron de denunciar los hechos.
Al sitio arribaron elementos de la Policía Estatal para entrevistarse con los afectados y que les dieran la información necesaria para iniciar la búsqueda de los responsables.
Este es uno de los delincuentes que se dedica a atracar a los negocios.