Ciudad de México
La larga espera llegó a su fin para los seguidores de Pumas, que por el semáforo epidemiológico y los malos resultados en la cancha se quedaron sin la posibilidad de volver a su estadio cuando las condiciones lo permitieron en el primer semestre de 2021.
Por eso, ni siquiera los niños, que por seguridad no habían sido invitados, quisieron faltar al retorno de la afición a Ciudad Universitaria por primera vez desde el 14 de marzo de 2020, el último juego que un equipo del Club Universidad gozó con gente en la grada.
Eso sí, la fiesta inició lenta pues a una hora de arrancar el encuentro, los estacionamientos del Estadio estaban prácticamente vacíos, imagen poco usual en los encuentros de la Liga MX en el que a las 11 de la mañana, ya se vive una verbena con música, comida y hasta bebidas embriagantes.
Ayer, el único alcohol que hubo a las afueras del estadio fue en gel, como parte del protocolo de salubridad que orillaba a todos los asistentes a portar tapabocas, hacer filas con sana distancia, medirse la temperatura y desinfectarse las manos antes de acceder al inmueble felino, no sin antes mostrar su entrada que fue, por primera vez en CU, expuesta en un código QR que se mostraba con el celular.
La primera desilusión se la llevaron algunos menores de 12 años a los que les negaron el acceso, como marca el protocolo de Regreso de la Afición a los Estadios, aunque después se los permitieron; la segunda fue el partido, que arrojó un somnífero 0-0.