Miami
La caravana de Kamala Harris pasó por barrios colombianos e hizo una breve parada en Doral --también llamada “Doral-zuela”, por la cantidad de venezolanos que viven allí-- antes de cruzar el bastión cubano de Hialeah, sin detenerse.
En su primer viaje a la Florida, sin embargo, la compañera de fórmula de Joe Biden no hizo mucho por cortejar el voto de la creciente población hispana, cuyo peso político va en aumento. Más bien se enfocó en los líderes afroamericanos que la esperaban en una universidad históricamente negra de Miami Gardens.
“Ustedes son el futuro de nuestro país”, dijo a través de un megáfono en la Florida Memorial University, donde fue recibida por una banda y mantuvo una charla de una hora con dirigentes afroamericanos locales. “Ustedes son los que nos van a inspirar y los que lucharán por los ideales de nuestro país”.
En uno de los estados más cruciales para las elecciones de noviembre, muchos demócratas temen que Biden esté perdiendo terreno entre los hispanos y dándole a Donald Trump la posibilidad de alzarse con la victoria. Esto dio lugar a renovados esfuerzos de Biden, Harris y sus aliados por atraer el voto de las personas de la tercera edad, de los suburbios y de los afroamericanos para compensar las pérdidas que puedan sufrir en otros sectores.
El multimillonario neoyorquino Mike Bloomberg se comprometió durante el fin de semana a aportar al menos 100 millones de dólares para ayudar a los demócratas en la Florida. Biden planea hacer el martes su primera visita a la Florida desde que consiguió la nominación presidencial. Participará en una mesa redonda con veteranos de Tampa antes de asistir a un evento del Mes de la Herencia Hispana en Kissimmee.
SIN NECESIDAD DE LA FLORIDA
Si Biden reconquista para los demócratas el centro-norte del país, no necesitará de la Florida para alzarse con la Casa Blanca. En lo que respecta a Trump, prácticamente no tiene posibilidades de ser reelegido si no triunfa en la Florida. Por ello el estado es una de las grandes prioridades de los demócratas.
La inquietud demócrata en torno a la popularidad de Biden en la Florida es alimentada por una encuesta de NBC-Marist difundida la semana pasada según la cual el voto de los hispanos está muy dividido entre Biden y Trump. La misma encuesta dio a Hillary Clinton el 59% de ese voto contra el 36% de Trump en el 2016, año en el que Trump ganó la Florida por un punto porcentual.
Los hispanos de la Florida tienden a votar por los republicanos en porcentajes más altos que en el resto del país por la gran población cubana que hay en el estado. A nivel nacional no hay mucha información disponible acerca de las intenciones de voto de esa comunidad este año.
Observadores de la Florida afirman que los demócratas tienen razones para preocuparse por el voto hispano.
“Creo que la campaña de Biden tiene mucho trabajo por delante”, dijo Javier Fernández, un demócrata que se postula al Senado estatal por el condado de Miami-Dade, donde siete de cada diez residentes se identifican como de origen latinoamericano. “No me parece que estén muy entusiasmados con Joe Biden”.
Bernie Sanders, quien encabezó las encuestas entre los hispanos al principio de las primarias demócratas, afirmó el domingo que Biden debería “cortejar con mayor intensidad” a los hispanos.
Esto implicaría una campaña más enfocada, y costosa, que toma en cuenta la complejidad del voto hispano en la Florida, con mensajes dirigidos a los cubanos, los dominicanos y los venezolanos de Miami, a los inmigrantes centroamericanos de primera y segunda generación y a los puertorriqueños desplazados por el huracán María que se radicaron en la Florida.
La campaña está difundiendo avisos con relatores en español con los acentos típicos de cada comunidad.
Allegados a la campaña de Biden admiten en privado que tal vez no gane por el mismo margen que Clinton, pero creen que puede triunfar entre los hispanos. El estratega Cristóbal Alex dijo que la campaña está emitiendo avisos en español desde hace meses y ha lanzado “consejos de liderazgo hispano” en todo el país.
“A medida que nos acercamos a noviembre, van a ver mucha más actividad para captar el voto hispano”, dijo Alex.
PROGRESAN EN LA TERCERA EDAD
Ashley Allison, estratega de la campaña de Biden, dijo que han hecho progresos entre sectores como la tercera edad, los progresistas, los veteranos y los pueblos originarios, entre otros. La gente de Biden ha cortejado intensamente el voto de los afroamericanos en los últimos días, con eventos virtuales que incluyeron a Harris y celebridades como Don Cheadle.
“No tenemos que enfocarnos en un solo camino, en un solo bloque de votantes. Podemos expandir el mapa”, dijo Becca Siegel, analista de la campaña de Biden.
Trump, por su parte, siente que los demócratas son vulnerables. Durante un recorrido por el oeste del país, participó el domingo en una mesa redonda con hispanos en Las Vegas y tenía otra programada en Phoenix para el lunes.
“Entienden la situación en la frontera sur. Quieren que venga la gente, y yo también, pero que lo hagan de forma legal”, declaró Trump a un pequeño grupo de partidarios en Las Vegas. “Mientras que Joe Biden les ha fallado, yo he cumplido con los hispanos”.
La incertidumbre en torno a los hispanos confunde a muchos demócratas a la luz de los reiterados comentarios de Trump en contra de la inmigración, sus problemas para contener la pandemia y su floja respuesta al huracán que devastó Puerto Rico. La afrenta más grande hacia los hispanos, dicen sus detractores, fue su decisión de adoptar una política de tolerancia cero y de separar familias en la frontera con México.
Dos años después de que las imágenes de esas separaciones causasen conmoción, todavía se percibe el malestar causado por esa política en la Avenida 89 del barrio de Westchester en Miami, con viviendas de stucco de un solo piso, por el cual pasó la caravana de Harris.
Ernesto Palacios, ciudadano estadounidense de origen cubano de 70 años, dice que votó por Trump en el 2016 pero que no volverá a hacerlo.
“Perdió mi voto cuando separó familias y trató a los niños como animales”, afirmó Palacios durante una entrevista mientras activistas conservadores recorrían el barrio.
Aclaró, no obstante, que eso no quería decir que votaría por Biden. Describió al candidato demócrata como “débil” y expresó preocupación por la propuesta de los sectores liberales de reducir el presupuesto de la policía, algo que Biden no apoya.
Un vecino de Palacios, Juan Guzmán, se fue de Cuba a los 15 años, bajo el gobierno de Fidel Castro. Describe a Biden como “un socialista” y dijo que estaba totalmente descartado votar por él.
Carlos Odio, cofundador de la encuestadora demócrata Equis Labs, dijo que Biden ganará cómodamente el voto hispano, pero que no genera mucho entusiasmo y que esto podría hacer que mucha gente no acuda a las urnas, un factor que podría ser clave en la Florida.
“La movilización del electorado es vital para Biden”, sostuvo Odio. “La gente no está decidiendo entre Donald Trump y Joe Biden, sino entre ir o no ir a votar”.
VEN CON BUENOS OJOS
Domingo García, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, dijo que muchos votantes hispanos ven con buenos ojos las posturas religiosas conservadoras de Trump y sus advertencias sobre la violencia de las protestas y el socialismo.
“Se necesita un mensaje que entusiasme mucho a la comunidad hispana, como atención médica para todos o abocarse al tema de la inmigración en los primeros 100 días. Biden no ha sido demasiado firme en esos terrenos”, declaró García.
Parte del escepticismo de los hispanos respecto a Biden obedece a las políticas del gobierno de Barack Obama, en el que Biden fue vicepresidente. Durante un acto Biden ofreció disculpas por las altas tasas de deportaciones bajo ese gobierno.
Biden, por otro lado, se ha negado a adoptar algunas de las posturas de los sectores más liberales del partido Demócrata en torno a la inmigración.
Afirma, por ejemplo, que el cruce ilegal de la frontera debe ser considerado un delito penal, no civil. Y no plantea educación universitaria gratis ni atención médica gratis para las personas sin permiso de residencia, como dice Trump.
Durante su recorrido de la semana pasada por la Florida Harris no ignoró del todo a la comunidad hispana.
Hizo una parada no programada en un restaurante venezolano en el que pidió comida y estuvo 20 minutos. Ensayó algunas palabras en español al conversar con los clientes de la hora del almuerzo. Presentó a su marido como “mi esposo” y dijo “gracias” a alguien que le dio la bienvenida a “Doral-zuela”.
Confunden a demócratas
La incertidumbre en torno a los hispanos confunde a muchos demócratas a la luz de los reiterados comentarios de Trump en contra de la inmigración, sus problemas para contener la pandemia y su floja respuesta al huracán que devastó Puerto Rico. La afrenta más grande hacia los hispanos, dicen sus detractores, fue su decisión de adoptar una política de tolerancia cero y de separar familias en la frontera con México.
Dos años después de que las imágenes de esas separaciones causasen conmoción, todavía se percibe el malestar causado por esa política en la Avenida 89 del barrio de Westchester en Miami, con viviendas de stucco de un solo piso, por el cual pasó la caravana de Harris.
Ernesto Palacios, ciudadano estadounidense de origen cubano de 70 años, dice que votó por Trump en el 2016 pero que no volverá a hacerlo.
“Perdió mi voto cuando separó familias y trató a los niños como animales”, afirmó Palacios durante una entrevista mientras activistas conservadores recorrían el barrio.