Viven discapacidad y el desafío escolar

Ivannia, chica de 12 años con síndrome Down no comprende muchos de los temas, se aburre y a veces hasta se queda dormida​

Ciudad de México.- El inicio de este nuevo ciclo escolar no ha sido fácil para Ivannia, chica de 12 años con síndrome Down que acaba de ingresar a secundaria. 

Aunque siempre se conecta a sus clases virtuales, no comprende muchos de los temas, se aburre y a veces hasta se queda dormida porque los contenidos no están adaptados a sus necesidades, como debería ser. 

Su secundaria cuenta con una Unidad de Apoyo a la Educación Regular (USAER), que ayuda a integrar alumnos con necesidades educativas especiales, pero nunca habían tenido una estudiante con esa condición y no estaban preparados para recibirla. 

"La maestra de apoyo me dijo que le diera tiempo para ver cómo adaptaba las clases de Ivannia", cuenta Julia Arriaga, madre de la pequeña. 

"Ya están encargando tareas, ¿cómo le hago?". 

Además de estar con ella las seis horas de clase, tiene que buscar cómo modificar ella misma las lecciones para que las comprenda. 

Que su hija regrese a clases presenciales sería de gran ayuda, pero el plantel donde estudia aún no reabre sus puertas. 

Y aunque la secundaria decidiera abrir de nuevo, el miedo por un posible contagio la detendría de enviarla a las aulas. 

Esta desesperación que siente por la situación de Ivannia también la viven otras familias en donde crece una niña o niño con alguna discapacidad o condición. 

Los padres ven prioritario el regreso a las aulas, pero la decisión no es tan sencilla.

"Por una parte, sí me gustaría que (la escuela) fuera presencial, pero como son niños más sensibles en cuanto a las enfermedades, sí me da miedo", señala Lizeth Sánchez, madre de Jaime

Su hijo de 9 años perdió la vista en la lucha contra el cáncer cuando era más pequeño. Sus defensas son más bajas que las de otros niños. 

"La verdad", añade, "necesitaría ver la situación de las medidas de seguridad, cómo se van a manejar, si realmente van a tener ese cuidado". 


Jasciel estudia desde casa con apoyo de su abuelo, de 72 años.

 

El gran reto

- El agotamiento por acompañar a su hijo a estudiar desde casa durante la pandemia superó a Nelly Leal

- Le hablé al director y le dije: No me importa que Jasciel pierda el año 

- Es muy cansado y a veces, soy sincera, quiero tirar la toalla

- Al ser mamá soltera, tiene que salir a trabajar todos los días y recurre al apoyo del abuelo del niño para que le ayude con las clases

- La tarea no es sencilla, pues el hombre de 72 años tiene dificultades con la tecnología

- La escuela desde casa ha sido difícil para todos los niños y sus familias, pero para quienes viven con alguna discapacidad, el reto es mucho mayor. 

- El acompañamiento de los padres es fundamental para ellos, pues requieren de más apoyo para conectarse a las clases

- Ha habido casos donde hay muchas dificultades porque son papás que trabajan, dice.