Vive revolución personal

Adele, con 45 kilos menos, ha dejado el alcohol y lleva una vida más sana motivada por la llegada de su hijo Angelo

Madrid, España.

Adele siempre ha sido una mujer discreta pero ahora, a sus 31 años, parece más misteriosa que nunca. La intérprete británica apenas da pistas acerca de su trabajo, su vida o sus planes, ni en la prensa ni en sus propias redes sociales. Sin embargo, mediante las escasas imágenes que publica y las informaciones que da, deja entrever que está viviendo una revolución en lo personal. En lo profesional, las noticias se prevén para dentro de poco, cuando los expertos auguran que lanzará nuevo disco.

CENTRADA EN ELLA MISMA

Pero ahora Adele está centrada en ella misma. En su salud y su bienestar, en recuperarse tras su separación de Simon Konecki tras siete años de relación, en divertirse. La intérprete de Hello y Rolling in the deep ha arrancado el año en la isla de Anguila, en el Caribe, donde ha sido fotografiada por distintos turistas. Allí se la ha podido ver junto al presentador y actor James Corden y el cantante Harry Styles, entre otros amigos.

Una de las personas que la vio, una joven estudiante, ha contado a la revista estadounidense Us Weekly como, en realidad, trataba de hacerse una fotografía junto a Styles cuando se dio cuenta de que la mujer que estaba en su grupo era Adele. Conocida por su cercanía y simpatía, la británica hizo gala de ello y empezó a hablar con la joven y sus amigos. “Cuando se presentó y empezó a preguntarnos sobre nosotros y qué tal iban nuestras vacaciones en Anguila, me disculpé por no haberla reconocido en el momento y ella contestó: ‘No te preocupes, he perdido como 100 libras”, es decir, más de 45 kilos. “Le dijimos que estaba muy guapa. Parecía muy relajada, muy feliz, disfrutando de sus vacaciones. Ya no hablamos sobre cómo había perdido ese peso”, explica la estudiante. Otra fan de la cantante que también habló con ella en la isla afirma que les contó que había sido “una experiencia increíblemente positiva”.

CAMBIO FÍSICO

El cambio físico de Adele es evidente. En dos fotos que colgó el 23 de diciembre en su cuenta de Instagram aparece casi irreconocible junto al Grinch y Papá Noel. Pero, como aseguran quienes la conocen, la pérdida de peso nunca estuvo entre las prioridades de la británica. Como publica la revista People, lo que Adele quiere es estar bien. Y dentro de ello entra el peso.

“Es fácil centrarse simplemente en su transformación física, pero el cambio tiene que ver con algo mucho más grande. Llegó a un punto en el que no se sentía bien. Sabía que tenía que cambiar algo, porque quería ser la madre más sana posible”, asegura una fuente cercana a la cantante. Para ello, se ha centrado en mantener una dieta estricta y en practicar mucho deporte, especialmente pilates y cross training.

“Todo su enfoque durante esta proceso de pérdida de peso ha sido ver cómo podía sentirse más sana y tratar mejor a su cuerpo. Nunca fue una cuestión de perder kilos, eso ha ocurrido porque ha cortado drásticamente el consumo de alcohol y está comiendo más comida real. Pero también le encanta su transformación física. Está más confiada, se viste diferente y parece más feliz en general”, afirman las mismas fuentes. “Es una mujer nueva con todo su sentido del humor. Adora a sus amigos y se siente más confiada”, aseguran, algo que le ha hecho tener muchas ganas también de lanzar y dar a conocer su nueva música, algo que ocurriría en la segunda mitad del año.

POR SU BIENESTAR

Ese cambio ha estado impulsado por su intención de sentirse mejor en pos del bienestar de su hijo , Angelo, de siete años. La cantante ha estado siempre muy volcada en él y ha tratado de protegerle de las agresiones de los medios; de hecho, denunció a una agencia de imágenes por publicar fotografías del pequeño cuando tenía apenas dos años en su primer día de guardería, entre otros momentos, y consiguió ganar.

Cuando el niño tenía tres años, Adele hizo público que había sufrido “una seria depresión posparto” que la asustó mucho los primeros meses después de dar a luz. “Me sentía muy inadecuada, como si hubiera tomado la peor decisión de mi vida”, relataba. “Lo que sé de la etapa posparto es que no quieres estar con tu hijo, te sientes preocupada por si puedes hacerle daño y por si no estás haciendo un buen trabajo”.