DEL RIO, Tx.- Marianela Rojas se reúne con otros migrantes para rezar tras cruzar el río Bravo y pisar suelo estadounidense por primera vez.
"No les vuelvo a decir", les instruye en español un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, interrumpiendo la sesión y ordenando a Rojas y a otros 14 migrantes venezolanos a montarse en una camioneta para detenidos.
"Dinero y pasaportes en la mano. Aretes, cadenas, anillos, relojes, todo esto en las mochilas. Cachuchas y las cintas de los zapatos en la mochila", agrega el agente.
Es una escena que se repite numerosas veces en la frontera entre Estados Unidos y México, pero no se trata de campesinos o braceros mexicanos o centroamericanos. Se trata de banqueros, médicos o ingenieros de Venezuela, que están llegando en cifras sin precedentes, huyendo de la crisis política y económica que agobia a su país y que ha empeorado con la pandemia del coronavirus.