CIUDAD DE MÉXICO
Un nuevo estudio revela que la variante Beta es más mortífera que las otras mutaciones del coronavirus. Las estimaciones señalan que las personas que la contraen tienen 25% más de probabilidad de desarrollar Covid-19 grave, 50% más de ser hospitalizadas y 57% posibilidades de morir.
El trabajo, liderado por investigadores de Centro Médico Weill Cornell, se realizó a inicios del 2021, cuando el surgimiento de Beta, identificada por primera vez en Sudáfrica, cobró preocupación entre los habitantes de la región por el aumento de los casos que generó la segunda ola pandémica. Sin embargo, Beta apareció en mayo del año pasado y, posteriormente, comenzó a extenderse a nivel mundial.
Abu-Raddad, epidemiólogo de enfermedades infeccionas del centro hospitalario, ubicado en Qatar, estudió a un grupo de pacientes infectados con las variantes Beta y Alpha, esta última localizada en Reino Unido en septiembre de 2020.
De acuerdo con el especialista, -desde que B.1.1.7. -como también se conoce Beta- se convirtió en la variante predominante en Qatar, la demanda hospitalaria y de atención se duplicó, mientras que las muertes se cuadriplicaron.
"Estaba muy claro que estábamos hablando de una variante más severa", indicó en una publicación de "Nature".
Si bien, esta investigación no ha sido revisada por otros científicos, es uno de los primeros trabajos que compara las especificidades de las diferentes variantes y cómo estás impactan al infectar a una persona.
Otro estudio, coordinado por Waasila Jassat, especialista en medicina de salud pública del Instituto Nacional para Enfermedades Transmisibles en Johannesburgo, en Sudáfrica, respalda estos resultados, luego de observar que las personas tenían alrededor de un 30% más de probabilidades de morir después de la hospitalización.
Pese a que en la actualidad, Delta se ha convertido en la variante de preocupación más letal por su transmisibilidad, los científicos árabes advirtieron que la resistencia de Beta a la inmunidad de las vacunas y a los anticuerpos, generados en infecciones previas, podría suponer una preocupación para el combate de la pandemia.
"Nunca debemos subestimar este patógeno", puntualizó Abu-Raddad.