Una ruta campirana

A pesar de ser el estado más pequeño Tlaxcala tiene mucho que ofrecer al turista

Por sus hermosas haciendas, museos y bosques llenos de luciérnagas, Tlaxcala es una gran opción para pasar un fin de semana.Ubicado a 90 minutos de la Ciudad de México, el estado más pequeño del país deja siempre con ganas de regresar. Día 1Para cargar energíaDesayuna en Apizaco, un diminuto pueblo en el que reina la tranquilidad, pero también los buenos sitios para comer. Te recomendamos chilaquiles con arrachera o nopales capeados. Tranquila caminataA sólo 10 minutos, y pegado a Apizaco, se encuentra Tlaxco, famoso porque en su centro posee una de las iglesias mejores conservadas del estado, la Parroquia de San Agustín de Hipona.Los retablos, tallados en madera y laminados en oro, se crearon a principios del siglo 18; el resto de la decoración se realizó a mediados del siglo 20. El 28 de agosto, cuando se celebra la fiesta patronal, las calles se llenan de muestras gastronómicas y espectáculos musicales.Comilona con pulqueConstruida a finales del siglo 19, la Hacienda de Xochuca (a 9 kilómetros de Tlaxco, con dirección a Apan) cuenta con grandes plantaciones de maguey, conserva su tinacal y sigue produciendo pulque.Sus recorridos guiados explican y muestran la elaboración de La bebida de los dioses, además de organizar degustaciones y ofrecer a sus invitados riquísimos guisos.Espectáculo naturalDurante julio y agosto, el bosque de Nanacamilpa se llena de luciérnagas. El acceso está permitido hasta las siete de la noche, se recomienda llegar a esa hora, o un poco antes, cuando todavía hay luz, ya que parte del camino es de terracería.El avistamiento usualmente se realiza entre las ocho y diez de la noche. La época de reproducción de estos curiosos insectos inicia el 15 de julio.Día 2Por la capitalAlrededor de 30 minutos se hace de Apizaco a Tlaxcala. Ya en la capital se puede conocer el Museo de Arte, ubicado frente a la Plaza de la Constitución. Fue construido en el siglo 19 y alberga una de las colecciones más valiosas de Tlaxcala: la obra temprana y poco conocida de Frida Kahlo, realizada entre 1923 y 1927.A unos pasos de la plaza, al norte, se ubica la Capilla del Pocito de Agua Santa. Según la tradición católica, este pozo fue creado por la Virgen María. El interior contiene una pintura sobre lienzo del pintor Ysauro G. Cervantes, que data de 1903.En caso de hambre...El Restaurante La Tía Yola ofrece comida típica del estado, como caldo de habas, pipian con costilla de cerdo y una gran variedad de tlacoyos. Se encuentra en el número 7 de la Plaza Xicoténcatl, en la colonia Centro. Abren de once de la mañana a nueve de la noche. De regresoDespués de la sobremesa se puede volver a la Ciudad de México, o bien, ir al ex convento de San Francisco, sede del primer obispado de la Nueva España y uno de los primeros grandes conventos de América. Su retablo principal data del siglo 17 y está tallado en madera y laminado en oro.El antiguo claustro resguarda el Museo Regional con piezas de las zonas arqueológicas de Cacaxtla, Xochitécatl, Tecoaque, Ocotelulco y Tizatlán, además de una colección de pinturas de la época colonial.