Noche de Fuego inicia con Rita (Mayra Batalla) y su hija Ana (Ana Cristina Ordóñez González, extraordinaria) cavando un hoyo. Esto es una cuestión de supervivencia, pues el pueblo donde habitan está regido por el narco y en cualquier momento pueden llevárselas.
Después del aclamo mundial del documental Tempestad (2016), nombrado como la Sexta Mejor Película Mexicana por la reciente encuesta de Sector Cine, entre diversos periodistas del país, la directora Tatiana Huezo se aventuró a realizar su primer largometraje de ficción.
Y, para hacerlo, se basó libremente en la novela “Prayers for the Stolen”, de la escritora mexicano-estadounidense Jennifer Clement.
Huezo pone su mirada en Ana y sus amigas, quienes han crecido en un ambiente donde el miedo y la violencia son el pan de cada día. Ellas, sin embargo, se aferran a cualquier dejo de inocencia que todavía les queda.
REVELADORA HISTORIA
En una escena particularmente reveladora, Ana es rapada para hacerla menos atractiva ante los ojos de los hombres que las violentan. Es una escena que envuelve el tema de la película con gran efectividad, dándole voz a las mujeres que se han quedado solas y que hacen lo que pueden para protegerse entre ellas.
Huezo enmarca su película como una desoladora coming-of-age, cuyo lenguaje narrativo tambalea por momentos, sobre todo, con una confusa transición de tiempo (y actrices), momentos sin resolución aparente, y varias actuaciones poco naturales; pero su poder no deja de ser innegable, haciéndose merecedor de una mención especial en el reciente Festival de Cannes.
La directora, además, se apoya en la magnífica fotografía de Dariela Ludlow y el impecable diseño sonoro de Lena Esquenazi para crear una atmósfera perturbadora, acentuada aún más por el contraste que hace el terror cotidiano con la belleza de nuestras protagonistas y el mundo que las rodea.
Una más de la directora; ve Tempestad (2016), cinta ganadora de 4 premios Ariel, que sigue a dos mujeres víctimas de la violencia y la impunidad en México. En Cinépolis Klic.