Sean Connery, el carismático actor escocés que alcanzó el estrellato internacional como el áfable e intrépido agente secreto James Bond para abandonar el papel y forjarse una carrera igualmente exitosa que le mereció un Oscar, falleció. Tenía 90 años.
La casa productora de Bond, EON Productions, confirmó el deceso, que primero fue reportado por la BBC. Los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli dijeron que estaban “destrozados por la noticia”.
“Él fue y siempre será recordado como el James Bond original cuya incursión indeleble en la historia del cine comenzó cuando anunció esas palabras inolvidables — ‘Mi nombre es Bond, James Bond’”, dijeron en un comunicado.
SEXY Y CARISMÁTICO
Los productores le adjudicaron gran parte del éxito de la serie de películas de espionaje a su “interpretación resuelta e ingeniosa del agente secreto sexy y carismático”.
El hijo de Connery, Jason, dijo que su padre murió tranquilamente durante la noche mientras dormía en las Bahamas, donde vivía, tras haber estado “enfermo por un tiempo”.
“Es un día triste para todos los que conocieron y quisieron a mi papá y una pérdida triste para todas las personas alrededor del mundo que disfrutaron el maravilloso don que tenía como actor”, dijo Jason Connery a la BBC.
Bond saltó a la fama interpretando primero a Bond en “Dr. No” (“El satánico Dr. No”) en 1962. Luego de cuatro películas más, abandonó el papel antes de que lo convencieran de encarnarlo dos veces más, la última en “Never Say Never Again” (“Nunca digas nunca jamás”) de 1983.
GALARDONADO
Aunque será más recordado por su papel de Bond, Connery disfrutó de una variada carrera que le mereció un Oscar al mejor actor de reparto por su representación de un duro policía irlandés en “The Untouchables” (“Los intocables”) de 1987.
También tuvo grandes papeles en cintas que incluyen “Indiana Jones and the Last Crusade” (“Indiana Jones y la última cruzada”), “Highlander” (“Highlander - El inmortal”) y “The Hunt for Red October” (“La caza al Octubre Rojo”).
La primera ministra escocesa Nicola Sturgeon dijo que se sentía “afligida” por la noticia.
“Nuestra nación llora a uno de sus hijos más queridos”, dijo.
Fue nombrado caballero por la reina Isabel II en 2000 por sus servicios al cine dramático y en 2005 fue reconocido con el premio a la trayectoria del Instituto de Cine Estadounidense (AFI, por sus siglas en inglés).
HIZO DE TODO
Thomas Sean Connery nació el 25 de agosto de 1930 en Edimburgo, Escocia, el primero de dos hijos de un camionero de larga distancia y una empleada doméstica.
A los 13 años, durante la Segunda Guerra Mundial, desertó de la escuela para ayudar a mantener a su familia.
“Fui un lechero, obrero, doblador de acero, mezclador de cemento — virtualmente cualquier cosa”, dijo.
Cansado del trabajo por jornada, se enroló en la armada británica y fue dado de baja médica después de tres años. La dolencia: úlceras estomacales.
De vuelta en Edimburgo, levantó pesas para esculpir su cuerpo y competir en el certamen Mr. Universo, quedando en tercer lugar. Consideró brevemente una carrera en el fútbol profesional, pero eligió la actuación al considerar que esta profesión duraría más
Obtuvo su primera gran oportunidad cantando y bailando el tema “There is Nothing Like a Dame” en el musical de teatro “South Pacific” en Londres y en una producción rodante antes de actuar en papeles de reparto, televisión y películas de serie B.
Se fue a Hollywood a filmar dos películas, “Darby O’Gill and the Little People” (“El cuarto deseo”) de Disney y “Tarzan’s Greatest Adventure” (“La gran aventura de Tarzán”).
Cuando decidió convertirse en actor, le dijeron que Thomas Sean Connery no cabría en la marquesina de un teatro, así que descartó su primer nombre.
Entonces llegó la audición que le cambió la vida. Los productores estadounidenses Albert “Cubby” Broccoli y Harry Saltzman habían adquirido los derechos de una serie de novelas de aventura y espionaje de posguerra del autor Ian Fleming.
Connery no era la primera opción para “Dr. No”. Los productores habían recurrido a Cary Grant, pero decidieron que querían un actor que pudiera comprometerse con una serie. Los productores también se dieron cuenta de que no podrían pagar a una gran estrella porque el estudio United Artists había limitado su presupuesto a un millón de dólares por película, así que comenzaron a entrevistar a intérpretes británicos menos conocidos.