Países ricos como Estados Unidos, Canadá, Alemania y Bélgica se sumaron a países más pobres y vulnerables en la creciente lista de eventos climatológicos extremos que según los científicos podrían tener relación con el cambio climático provocado por el hombre.
“No es un problema sólo de países pobres, ahora es muy obviamente un problema de países ricos”, dijo Debby Guha-Sapir, fundadora de la base de datos internacional de desastres del Centro de Investigación sobre Epidemiología de Desastres en la Universidad Católica de Louvain, en Bélgica. “Ellos (los ricos) se están llevando un golpe”.
China ha sufrido inundaciones mortales, pero también murieron cientos de personas en partes de Alemania y Bélgica que no están acostumbradas a las inundaciones. Canadá y el noroeste de la costa pacífica de Estados Unidos sufrieron lo que el científico climático Zeke Hausfather describió como un calor “aterrador”, que superó con creces los 100 grados Fahrenheit y los 45 Celsius. Se batieron récords de temperatura y hubo incendios fuera de lo normal. Ahora el sur de Europa sufre un calor sin precedentes y una oleada de incendios.
Y la temporada alta de huracanes en el Atlántico e incendios forestales en Estados Unidos acaban de empezar.
El sistema que más tarde se convirtió en el huracán Elsa se formó el 1 de julio, lo que rompió el récord del año pasado de la quinta tormenta con nombre registrada más pronto en la temporada del Atlántico. La Universidad Estatal de Colorado ya ha aumentado su previsión del número de tormentas con nombre en la región, y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) actualizará su previsión el miércoles.
En cuanto a los incendios, el oeste de Estados Unidos no estaba tan seco desde 1580, según las lecturas de humedad en la tierra y los registros en anillos de los árboles. Eso plantea el escenario para incendios más graves una vez algo los provoque, señaló el experto en clima e incendios de UCLA Park Williams.
Lo que ocurra con las temporadas de incendios y huracanes de Estados Unidos determina las estadísticas de final de año de daños totales en desastres climatológicos, señaló Ernst Rauch, científico jefe de clima y geografía para la gran aseguradora Munich Re. Pero en lo que va de año, señaló, las mayores pérdidas económicas se han registrado en los países más ricos.
Pero cuando los países pobres se ven afectados, están menos preparados y su población no puede utilizar el aire acondicionado o marcharse, de modo que el daño es mayor, señaló Hausfather, director de clima del Instituto Breakthrough. Aunque en la ola de calor del noroeste de la costa estadounidense del Pacífico murieron cientos de personas, señaló, la cifra habría sido mucho mayor en zonas pobres.
Madagascar, una nación insular en el este de África, está inmersa en una sucesión de sequías que según Naciones Unidas empujan a 400.000 personas hacia la hambruna.
Aunque es demasiado pronto para decir si el verano de 2021 volverá a batir récords de desastres climáticos, “desde luego empezamos a ver al cambio climático impulsar episodios extremos en nuevos territorios donde no se habían visto antes”, dijo Hausfather.
El número de desastres asociados al clima, el tiempo y el agua es por ahora ligeramente mayor que la media de los últimos años, indicó la investigadora de desastres Guha-Sapir. La base de datos de su grupo, que según dijo aún no ha contabilizado algunos incidentes, recoge 208 catástrofes en todo el mundo hasta julio, en torno a un 11% más que la media de la última década, pero un poco menos que el año pasado.
El récord de calor del año pasado se marcó en Siberia, donde vive poca gente, pero este año se registró en Portland, Oregon, y en la Columbia Británica, que reciben mucha más atención de los medios occidentales, señaló Hausfather.
Lo que ocurre es “en parte un aumento de las estadísticas de estos fenómenos extremos, pero también el ritmo constante, la acumulación año a año (...) se cobra un precio acumulativo en todos los que leemos estos titulares”, dijo la científica climática de Georgia Kim Cobb.
“Este patrón de veranos recientes en el Hemisferio Norte ha sido bastante duro”, señaló el científico climático de la Universidad de Exeter Peter Stott.
Aunque el aumento de la temperatura está “siendo exactamente como dijimos hace 20 años (...) lo que estamos viendo en términos de olas de calor e inundaciones es más extremo que lo que predijimos en su día”, dijo Stott.
Los científicos climáticos señalan que hay pocas dudas de que el cambio climático derivado de la quema de carbón, petróleo y gas natural impulsa los fenómenos extremos.
Además de dramáticas inundaciones e incendios, las olas de calor son un importante riesgo para preparar el futuro, dijo Guha-Sapir.
“Va a ser un tema muy importante en los países occidentales, porque los más susceptibles a los picos repentinos de calor son los ancianos. Y el perfil demográfico de la gente en Europa es muy mayor”, señaló. “La olas de calor van a ser un problema real en los próximos años”.