LONDRES. Los expertos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) presentarán las conclusiones de su investigación sobre los posibles vínculos entre la vacuna de Johnson & Johnson contra el coronavirus y casos muy raros de trastornos de coagulación detectados en Estados Unidos.
La semana pasada, J&J detuvo el lanzamiento en la UE de su vacuna, que es de una dosis, después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) recomendó a las autoridades que suspendieran su aplicación mientras se examinan algunos casos raros de trombos. Las autoridades identificaron seis casos de coágulos entre casi 7 millones de personas que recibieron la vacuna en Estados Unidos.
Johnson & Johnson aconsejó a los gobiernos europeos que guardaran sus dosis hasta que la EMA emita una guía sobre su uso. Aún no ha comenzado el uso generalizado de esa inyección en Europa.
El aplazamiento fue un nuevo golpe para las campañas de vacunación en la Unión Europea, que se han visto afectadas por la escasez de suministros, problemas logísticos y preocupaciones sobre coágulos de sangre inusuales que también se presentaron en un pequeño número de personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19. A los expertos les preocupa que la interrupción temporal de la inyección de J&J pueda afectar aún más la confianza en la vacuna y complicar los esfuerzos de inoculación contra COVID-19 en todo el mundo.
Sudáfrica suspendió la semana pasada el uso de la vacuna a raíz de la pausa de Estados Unidos, y países como Italia, Rumania, Holanda, Dinamarca y Croacia almacenaron sus dosis de J&J.
Los trombos relacionados con la vacuna de J&J se producen en partes inusuales del cuerpo, como en las venas que drenan sangre del cerebro. Esos pacientes también tienen niveles anormalmente bajos de plaquetas en sangre, una afección normalmente relacionada con sangrados, no con la coagulación.
En el caso de la vacuna de AstraZeneca, científicos de Noruega y Alemania han indicado que algunas personas están experimentando una respuesta anormal del sistema inmunológico, formando anticuerpos que atacan sus propias plaquetas.