El Real Madrid vuelve a estar entre los cuatro mejores de Europa después de sella su pase a las semifinales este martes ante el Liverpool en Anfield.
El marcador no se movió del 0-0 y el 3-1 de la ida en Valdebebas clasifica a los blancos, que sufrieron pero aguantaron el asedio de los locales. Zidane prefirió salir de inicio con Valverde de lateral derecho que con Odriozola para cambiar lo mínimo el equipo respecto a lo visto en Valdebebas, pero el partido comenzó de manera muy diferente a la ida.
Los de Klopp salieron con bravura e ímpetu, encerrando al Madrid en su propio campo y castigando al lateral de emergencias con un Mané muy profundo. La puntería les fallaba al final, pero el balón se paseaba con frecuencia por el área blanca. Aunque fue Benzema el que tuvo la mejor ocasión del primer tiempo, la única clara del Madrid, en la que estrelló un disparo al palo tras un fallo de la defensa red. Courtois apareció para salvar el empate con varias paradas de mérito, una nada más empezar a Salah y otra muy estética ante Milner.
Tras el descanso, los blancos se mantenían firmes frente a las embestidas y amenazaban con salidas en velocidad. A la hora de juego, Klopp decidió echar toda la carne al asador y dio entrada a Thiago y a Jota para poner a sus cuatro delanteros en juego. Zidane también movió el banquillo, dando entrada a Odriozola por Kroos para liberar a Valverde de la banda.
El resultado fue que los suyos lograron estirarse algo, robar el balón más alto y obligar a envíos en largo. Benzema tuvo el gol de la tranquilidad en el 80, pero la picada de cabeza solo ante Allison se le marchó alta. Al final, los blancos acabaron encerrados en su área y Courtois tuvo que aparecer para negar el tanto a Salah en el 90. El Real Madrid se medirá en semifinales al Chelsea, que se clasificó este martes ante el Oporto. La ida será la última semana de abril en el Di Stéfano y la vuelta a la semana siguiente en Londres.