IOWA CITY, Iowa, EE.UU.
El presidente y director general de la compañía, Dean Banks, dijo que estaba “sumamente molesto” por las acusaciones en contra de los supervisores de su planta en Waterloo, Iowa, señalando que no representan los valores de la compañía. Banks declaró que contrató al despacho de abogados Covington & Burling LLP para llevar a cabo una investigación, la cual estará encabezada por el exsecretario de Justicia Eric Holder.
“De confirmarse estas acusaciones, tomaremos todas las medidas necesarias para acabar por completo con este comportamiento perturbador en nuestra compañía”, dijo Banks en un comunicado.
Banks dijo que los supervisores acusados fueron suspendidos sin goce de sueldo. Viajó el jueves a Waterloo para explicar la respuesta de la compañía directamente a los trabajadores, que fueron enviados a casa en las primeras horas del primer turno, comentó Gary Mickelson, portavoz de Tyson.
Mickelson señaló que la compañía, con sede en Arkansas, no daría a conocer los nombres de las personas suspendidas durante la investigación de Holder, quien se desempeñó como secretario de Justicia por seis años durante el gobierno del presidente Barack Obama.
Tyson ha enfrentado fuertes críticas en torno a una serie de demandas enmendadas por muerte imprudencial, en las cuales los abogados de la parte acusadora aseguran que el supervisor de la planta de Waterloo, Tom Hart, “organizó una quiniela entre supervisores y gerentes en las que apostaban cuántos empleados arrojarían positivo a COVID-19”.
Hart aparentemente organizó la quiniela en la primavera pasada a medida que el virus se propagaba por la planta de Waterloo, un brote que causó infecciones en más de 1.000 de los 2.800 empleados de la planta, cobrando la vida de al menos seis de ellos y enviando a muchos más al hospital. A la larga el brote se propagó por el resto de la comunidad de Waterloo.
El abogado de la parte acusadora, Mel Orchard, dijo que quedó “felizmente sorprendido” por las acciones de Tyson y espera que Holder realice una investigación a gran escala sobre las labores de seguridad contra el virus en la compañía.
“No va a cambiar lo ocurrido. Estas personas ya no están, pero ¿podemos evitar más muertes?” preguntó Orchard. “Espero que sí. Porque habrá que saldar cuentas”.