La fiscalía del estado de Quintana Roo confirmó que las balaceras ocurrieron el jueves pero no ofreció más información sobre las identidades de las víctimas o el posible móvil.
Tulum ha sido conocido durante años como el más tranquilo, discreto y relajado de los complejos turísticos de la costa mexicana del Caribe, sin las grandes edificaciones habituales en Cancún.
Los cárteles del narcotráfico operan en el estado, pero hasta hace poco la violencia no llegaba a las playas.
Los asesinatos del jueves se produjeron dos semanas después de que dos hombres murieron por disparos en una playa en Cancún. Una turista estadounidense resultó herida en el ataque del 11 de junio.
La violencia en el estado ha disminuido algo desde los altos niveles de 2018 y 2019, cuando subieron los asesinatos. En los cinco primeros meses del año, la región registró 278 asesinatos, frente a los 321 del mismo periodo del año anterior.
El estado, cuya economía depende profundamente del turismo, empezaba a recuperarse de la pandemia del coronavirus cuando, desde hace unas semanas, se ve afectada por el aumento del sargazo en la playa y el repunte de los contagios de COVID-19.