Con esto, la actividad económica del País entró en lo que algunas corrientes de análisis interpretan como "recesión técnica", tras registrar su segunda caída trimestral consecutiva.
Aunque no existe un consenso universal acerca de cuándo una contracción económica se convierte en una recesión, la consideración más general es que se presenten al menos dos trimestres consecutivos con variaciones intertrimestrales negativas del PIB, sin que necesariamente todos los indicadores económicos sean bajistas.
El Buró Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER) no utiliza al PIB como único indicador de una recesión, sino que la define como una declinación significativa de la actividad económica visible en las caídas del PIB, ingreso real (poder de compra), empleo, producción industrial y ventas al por menor.
No obstante este descenso, en términos anuales, con cifras desestacionalizadas, la EOPIBT muestra que durante todo 2021 la economía del País avanzó 5 por ciento respecto a 2020.
La caída del último trimestre de 2021 estuvo determinada por el débil comportamiento del sector que contribuye con casi dos terceras partes del PIB: el sector servicios. Estas actividades registraron un descenso de 0.68 por ciento respecto al segundo trimestre de 2021.
En tanto, el sector industrial registró un avance de 0.36 por ciento trimestral respecto al tercer trimestre del año anterior.
Finalmente, las actividades primarias avanzaron 0.28 por ciento respecto al tercer trimestre de 2021.
Los crecimientos acumulados de 2021 muestran que las actividades industriales fueron las que mejores resultados obtuvieron, con un aumento de 6.8 por ciento anual.
En tanto, la EOPIBT de las actividades de servicios y primarias da cuanta de crecimientos anuales acumulados de 4.2 y 2.7 por ciento, respectivamente.