Donald Trump dijo que no sería un dictador, “excepto por el Día 1”. Según sus propias declaraciones, tiene mucho que hacer en ese primer día en la Casa Blanca.
Su lista incluye iniciar la deportación masiva de migrantes, revertir las políticas de la administración del presidente Joe Biden sobre educación, remodelar el gobierno federal despidiendo potencialmente a miles de burócratas que —según él— trabajan secretamente en su contra, e indultar a las personas que fueron arrestadas por participar en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 en protesta porque Trump no ganó las elecciones pasadas.
“Quiero cerrar la frontera, y quiero perforar, perforar, perforar”, dijo sobre sus planes para el Día 1.
Cuando asumió el cargo en 2017, también tenía una larga lista, incluyendo renegociar inmediatamente acuerdos comerciales, deportar migrantes y establecer medidas para erradicar la corrupción gubernamental. Esas cosas no sucedieron todas de una vez.
Aquí hay un vistazo a lo que Trump ha dicho que hará en su segundo mandato y si puede hacerlo en el momento en que entre a la Casa Blanca:
Desaparecer la mayoría de sus casos penales, al menos los federales
Trump ha dicho que “a los dos segundos” de asumir el cargo despedirá a Jack Smith, el fiscal especial que lleva dos casos federales contra él. Smith ya está evaluando cómo concluir los casos debido a la política de larga data del Departamento de Justicia que dice que los presidentes en funciones no pueden ser procesados.
Smith acusó a Trump el año pasado de conspirar para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y de retener ilegalmente documentos clasificados en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida.
Trump no puede indultarse a sí mismo en lo que respecta a su condena estatal en Nueva York en un caso donde fue hallado culpable de pagar para suprimir denuncias en su contra, pero podría aprovechar su estatus como presidente electo en un esfuerzo por dejar de lado o expurgar su condena por delito grave y evitar una posible sentencia de prisión.
Un caso penal en Georgia, donde Trump fue acusado de interferencia electoral, probablemente sea el único que quede en pie. Probablemente se posponga al menos hasta 2029, al final de su mandato presidencial. El fiscal de Georgia en el caso acaba de ser reelegido.
Indultar a los trumpistas que atacaron el Capitolio
Más de 1.500 personas han sido acusadas desde que una turba de partidarios de Trump, incitada por el presidente saliente, atacó el Capitolio hace casi cuatro años.
Trump lanzó su campaña general en marzo no solo tratando de reescribir la historia de ese disturbio, sino posicionando el asalto violento y el intento fallido de revertir las elecciones de 2020 como una piedra angular de su oferta para regresar a la Casa Blanca. Como parte de eso, ha llamado a los alborotadores “patriotas increíbles” y prometió ayudarles “el primer día que lleguemos al cargo”.
SACARÁ DE EU A CRIMINALESEl mes pasado en su mitin en Madison Square Garden, en Nueva York, Trump dijo: “En el día 1 lanzaré el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos para sacar a los criminales. Rescataré cada ciudad y pueblo que ha sido invadido y conquistado y pondremos a estos criminales viciosos y sedientos de sangre en la cárcel; luego los sacaremos de nuestro país lo más rápido posible”.
Trump ha dicho que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros. Esa ley, raramente utilizada, de 1798, permite al presidente deportar a cualquier persona que no sea ciudadano estadounidense y sea de un país con el que haya una “guerra declarada” o una “invasión o incursión depredadora” amenazada o intentada.
Ha hablado sobre desplegar la Guardia Nacional, que puede ser activada por órdenes de un gobernador. Stephen Miller, asesor de Trump, dijo que los gobernadores republicanos simpatizantes podrían enviar tropas a estados cercanos
que se nieguen a participar.