Mientras Donald Trump hace campaña prometiendo deportaciones masivas e indultos para los condenados por los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, sus ideas están siendo recibidas con poco rechazo y cierto entusiasmo por una nueva generación de republicanos en el Congreso.
Se trata de un cambio con respecto a la primera vez, cuando el virtual candidato presidencial republicano se topó con el escepticismo inicial y, de vez en cuando, con el alboroto de la condena.
En lugar de ser descartadas como bravatas de campaña o como que Trump dice lo que piensa para despertar a sus votantes más devotos, sus palabras están siendo adoptadas como plataformas de partido, potencialmente capaces de pasar rápidamente de la retórica a la realidad con un Ala Oeste de la Casa Blanca a la espera y el respaldo crucial de esquinas clave en el Capitolio.
"Vamos a tener que deportar a algunas personas", dijo el senador republicano JD Vance, uno de los mayores partidarios de Trump, días después de hacer campaña junto a Trump en su estado natal.
Mientras el presidente demócrata Joe Biden y sus aliados activan las alarmas sobre la agenda propuesta por Trump para un segundo mandato —y su promesa de que sería un "dictador", pero solo el primer día—, el Partido Republicano en el Congreso está experimentando un realineamiento político masivo hacia el movimiento "Devolvamos la Grandeza a Estados Unido" (MAGA por sus siglas en inglés) de Trump.
El líder del Partido Republicano en el Senado, Mitch McConnell, que enfrentó a Trump en ocasiones, en particular por los disturbios del Capitolio, al tiempo que impulsaba docenas de sus nombramientos judiciales, se está preparando para abandonar su papel de líder a finales de año. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se enfrenta a constantes amenazas de destitución.
- Entre los recién llegados se encuentran Vance, que aún no había sido elegido durante la presidencia de Trump, y la representante Marjorie Taylor Greene, de Georgia, que fue elegida cuando Trump perdía frente a Biden en 2020. Tanto Vance como Greene son considerados potenciales candidatos a la vicepresidencia por Trump.