- NORFOLK, Virginia
Las personas que viven en la capital de Estados Unidos y sus alrededores escucharon el domingo un ruido excepcional, aunque alarmante, que tiene una larga historia en la aviación norteamericana y, posiblemente, tenga un futuro incierto: Una explosión sónica.
El estallido se escuchó después de que el ejército estadounidense envió seis aviones caza para alcanzar e interceptar un avión de negocios cuyo piloto no respondía. La aeronave civil volaba sobre un espacio aéreo restringido.
La Fuerza Aérea dio permiso a los F-16 para que volaran más rápido que la velocidad del sonido, algo que los aviones civiles rara vez pueden hacer, a fin de que los cazas pudieran alcanzar al jet Cessna Citation.
El resultado fue un estruendo atronador que resonó en el cielo de una zona metropolitana que alberga a más de seis millones de personas.
Al final, el avión de negocios cayó por sí mismo en una zona rural de Virginia, matando al piloto y a tres pasajeros.
Esta es una explicación de qué son los estampidos sónicos, su historia en Estados Unidos y su posible futuro.
¿QUÉ ES UNA EXPLOSIÓN SÓNICA?Los estampidos sónicos se escuchan en las cercanías de los aviones que vuelan más rápido que la velocidad del sonido. Esa velocidad suele ser de aproximadamente 1.223 km/h (760 mph) cerca del nivel del mar, pero puede variar según la temperatura, la altitud y otras condiciones, según el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos.
A medida que la aeronave acelera al volar, empuja a un lado las moléculas del aire con mucha fuerza, "y esto forma una onda de choque, de forma parecida a un barco al crear una estela en el agua", según la NASA.
"Cuando esta línea de onda de choque pasa, quienes la escuchan desde tierra oyen un estruendo muy fuerte", según una explicación de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur.
Los F-16 que sobrevolaron Washington el domingo "probablemente intentaban ir lo más rápido posible para alcanzar" al avión Cessna que se había desviado, comentó Anthony Brickhouse, profesor asociado de Ciencias Aplicadas de la Aviación en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle.
El caza F-16 Fighting Falcon puede volar a 2.410 km/h (1500 mph) o el doble de la velocidad del sonido, conocida como Mach 2, según la Fuerza Aérea.
¿CUÁL ES LA HISTORIA DE LOS VIAJES Y ESTALLIDOS SÓNICOS?En 1947, el piloto de pruebas Charles "Chuck" Yeager se convirtió en la primera persona en volar más rápido que el sonido, a bordo de un avión cohete Bell X-1 naranja y con forma de bala. Sus hazañas se relataron en el libro de Tom Wolfe "The Right Stuff" y en la película de 1983 que esa obra inspiró.
En el largometraje, alguien a nivel del suelo pregunta: "¿Qué es ese sonido?", mientras el avión de Yeager sobrevuela el desierto de Mojave y rompe la barrera del sonido.
Inicialmente, el interés en los vuelos supersónicos se centró sobre todo en los aviones militares, según el Servicio de Investigación del Congreso norteamericano. Sin embargo, ese interés creció para incluir aviones civiles supersónicos en la década de 1960.
Por ejemplo, la Unión Soviética se convirtió en 1968 en el primer país en volar un avión de pasajeros supersónico, el Tupolev TU-144, pero un accidente fatal durante la Feria Aeronáutica de París de 1973 puso fin a esa ambición.
El gobierno de Estados Unidos anunció en 1963 un importante programa para desarrollar un avión de pasajeros supersónico, pero pronto surgieron problemas importantes, como los costos masivos de desarrollo y las dudas sobre viabilidad financiera. El programa terminó en 1971.
Durante la década de 1960, la NASA se encargó de ayudar a desarrollar aviones comerciales que volaran más rápido que el sonido e investigó los efectos de los estampidos sónicos. Encontró que las personas que los escucharon estaban muy descontentas con los estruendos, describiéndolos como "molestos", "irritantes" y " alarmantes".
En 1973, la Administración Federal de Aviación prohibió los vuelos supersónicos, "con base en la expectativa de que tales vuelos provocarían un estampido sónico al llegar al suelo", escribió el Servicio de Investigación del Congreso.
El Concorde, un avión de pasajeros supersónico anglo-francés, tuvo éxito durante varios años después de realizar sus primeros vuelos comerciales en 1976. Sin embargo, sus estruendos sónicos irritaron a las personas en tierra y provocaron restricciones sobre dónde podía volar el avión.
En Estados Unidos, el avión voló principalmente sobre el Atlántico a Nueva York y Washington. En vista de que podía volar al doble de la velocidad del sonido, sus promotores previeron que revolucionarían los viajes de larga distancia, al reducir el tiempo de los vuelos entre la costa este de Estados Unidos y Europa, de las ocho horas regulares, a apenas tres horas y media.
El Concorde, sin embargo, nunca tuvo gran aceptación. La rentabilidad del avión fue un desafío y sus explosiones sónicas llevaron a que se prohibiera en muchas rutas sobre tierra. Sólo se construyeron 20 aeronaves, 14 de las cuales fueron utilizadas para el servicio de pasajeros.
Al final, British Airways y Air France cancelaron el servicio de sus aviones Concorde en 2003.
En la actualidad, todavía se escuchan explosiones sónicas en Estados Unidos, obra de los aviones militares de la nación. En 2021, un estampido sónico de aviones de combate F-15 provocó una preocupación generalizada de que hubiera habido un terremoto en la costa de Oregon.
¿CUÁL ES EL FUTURO DE LOS VIAJES?El Servicio de Investigación del Congreso notó en 2018 un resurgimiento del interés en los aviones supersónicos, con empresas nuevas esperanzadas en que la nueva tecnología pudiera hacerlos más silenciosos y rentables.
Desde entonces, American Airlines y United han firmado contratos con el fabricante Boom Supersonic para comprarle aviones supersónicos, pero esas aeronaves todavía están en la mesa de dibujo y faltan años para que vuelen. Además, no todos los observadores de la industria creen que vayan a ser rentables.
Mientras tanto, la NASA aseguró que su avión X-59 es capaz de volar más rápido que el sonido, pero causando un ruido drásticamente reducido sobre tierra, según una publicación de la agencia aeronáutica en un blog en abril.