- JOSHUA TREE, California
Tras unas enormes precipitaciones en invierno, esta primavera brotaron en California flores que no se habían visto en años, lo que creaba coloridos paisajes pero también una oportunidad para conservacionistas que reúnen semillas de desierto como póliza de seguro ante un futuro más caluroso y seco.
En el desierto de Mojave, trabajadores y voluntarios recogen semillas de bahiopsis parroquial y encelina farinosa para formar un banco de semillas con la esperanza de que puedan utilizarse en proyectos de restauración conforme el cambio climático presiona los parajes de desierto. Este mismo verano, el incendio de York en la Reserva Nacional de Mojave calcinó miles de acres de un frágil ecosistema que incluía los famosos árboles de Josué.
Hay proyectos para conservar semillas en todo el país a través de un programa dirigido a almacenarlas durante mucho tiempo y utilizarlas para proyectos de restauración. El financiamiento para la Oficina de Administración de Tierras, una agencia federal, se ha incrementado en los últimos años, aunque la demanda de semillas para restaurar terrenos quemados por el fuego o hábitats para fauna silvestre supera de lejos a la oferta, según los expertos.
En California hay más de 4.000 colecciones de semillas dentro de ese programa, que conservan más de 1.300 especies vegetales. Eso cubre un quinto de las especies conocidas del estado, según la agencia.
"Tenemos mucha tierra que restaurar y no suficientes semillas para restaurarla toda", dijo Katie Heineman, vicepresidenta de ciencia y conservación en el Centro de Conservación de Plantas.
GRANDES DESAFÍOSTambién el personal de la Oficina de Administración de Tierras reúne semillas en la región del Desierto de Mojave, señaló la agencia.
Uno de los desafíos de recopilar semillas en esa zona es que es enorme y los proyectos de restauración funcionan mejor con plantas de la misma región. Las semillas recogidas antes por el fondo de tierras podrían no ser las adecuadas para labores de restauración tras el incendio de York, indicó Hanford.
Aunque la necesidad de restauración no se limita al Oeste de Estados Unidos, la escala allí es mayor debido al tamaño de los incendios forestales, explicó Kayri Havens, científica jefe del Jardín Botánico de Chicago.
"Conforme cambia nuestro clima, encontramos que tenemos que restaurar lugares que en el pasado creíamos que no tendríamos que restaurar", dijo Havens. "Ahora el desierto de Mojave arde. No era un lugar donde tuviéramos problemas de incendios hace 30 años".