Centenares de migrantes, sobre todo haitianos, llegaron en los últimos días a la ciudad de Nuevo Laredo, fronteriza con Texas y de alta incidencia del crimen organizado, y han puesto en una delicada situación a los albergues de esta localidad de México que solicitaron el lunes ayuda para atenderlos.
Desde la última semana de abril, “hemos sido testigos de la llegada de cientos de migrantes a nuestra ciudad”, dijo el lunes en conferencia de prensa Enrique Sánchez Martínez, obispo de la diócesis de Nuevo Laredo.
“Para nosotros es novedoso porque aquí es el último lugar adonde llegan por las circunstancias de nuestra frontera, de nuestra ciudad, que a veces son adversas para los migrantes, son difíciles para ellos”, agregó el obispo. “Pero como abrieron las puertas en Estados Unidos para recibir solicitudes de asilo, pues muchos de ellos se vinieron en grandes grupos”.