- Washington
Una parte del proyecto de ley de presupuesto de Estados Unidos de 1,7 billones de dólares, aprobado el viernes, ha sido presentada como un paso espectacular para reforzar las cuentas de jubilación de millones de trabajadores estadounidenses, pero la verdadera ganancia puede ir a parar a un grupo mucho más seguro: el sector de los servicios financieros.
La iniciativa de ahorro para la jubilación —denominada Secure 2.0— reajustaría el modo en que las personas se inscriben en los planes de jubilación, al pasar de exigirles que se acojan a los planes a pedirles que se den de baja si no los quieren. La disposición pretende garantizar una mayor participación de personas.
También permite que los trabajadores usen los pagos de sus préstamos estudiantiles como un sustituto de sus contribuciones a sus planes de jubilación —lo que significa que podrán obtener contribuciones equivalentes de retiro de sus empleadores para pagar esa deuda—, aumenta la edad para las distribuciones requeridas de los planes y amplía un crédito al ahorrador deducible de impuestos.
Pero como ocurre con muchos proyectos de ley de presupuestos de gran calado que apenas se someten a consideración pública, las disposiciones de la legislación también benefician a intereses corporativos con un fuerte interés financiero en sus resultados.