Honrarán a judío benefactor

Empresario financió escuelas para negros, en tiempos en que éstos eran menospreciados por la sociedad blanca en Estados Unidos

ST. GEORGE, Carolina del Sur

Cuando Ralph James se sentó en el escritorio restaurado con respaldo elevado en la escuela segregada a la que asistió en una región rural de Carolina del Sur, recordó la vieja campana escolar, la luz que se filtraba abundantemente a través de las ventanas elevadas, el certamen de Navidad y la cancha de básquetbol ubicada justo afuera.

Fue en escuelas como esta, y en casi 5.000 más construidas en el sur de Estados Unidos hace un siglo, que estudiantes de raza negra ignorados en gran medida por las personas blancas en el poder obtuvieron un cimiento educativo a través de la generosidad de un empresario judío que pronto podría ser conmemorado con un parque nacional que lleve su nombre.

Ahora se les llama Escuelas Rosenwald en honor a Julius Rosenwald, propietario de una parte de Sears, Roebuck and Co. y a la larga presidente de la compañía, que se asoció con el educador y líder afroestadounidense Booker T. Washington para crear el programa, con el cual se compartían con la comunidad los gastos de las escuelas para niños negros.


Esta fotografía muestra una escuela Rosenwald restaurada.

El fotógrafo Andrew Feiler, que está fascinado por la historia de Rosenwald, ha tomado fotos de más de 100 escuelas Rosenwald y planea estar el martes en el evento en St. George. 

Para él, el legado de Rosenwald es dar mientras estés vivo, al igual que ser un pionero de la idea moderna de un donativo de contrapartida en el que se proporciona dinero para iniciar y se solicita el apoyo de la comunidad.

"Frecuentemente pensamos que los problemas en el Estados Unidos moderno son irresolubles, especialmente los relacionados con la raza", señaló Feiler. "Pero esta sociedad entre afroestadounidenses y un empresario judío muestra (cómo) la acción conjunta y enfocada realmente puede hacer una diferencia".

Unas 500 Escuelas Rosenwald aún están de pie, y aproximadamente la mitad se encuentran en condiciones de utilizarse, según el Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica.

Una Escuela Rosenwald de dos cuartos en Gifford, Carolina del Sur, fue erigida en 1920 pero en la actualidad a duras penas se mantiene en pie. Dejó de operar en 1958 y fue retomada por una iglesia que había donado el terreno. En el lugar se llevaron a cabo encuentros comunitarios, conciertos y reuniones familiares, pero a la larga cayó en el abandono.

El pastor Charlie Grant está tratando de asegurar el dinero para restaurar la construcción, pero no ha hallado el mismo apoyo que se ha proporcionado en St. George.

"Me gustaría ver que se haga mientras estoy vivo. Pero si no es así, eso está bien también", dijo Grant. "Siempre recurro a las Sagradas Escrituras. Hubo un Moisés y hubo un Josué. Tal vez yo estoy avanzando en los pasos de Moisés y alguien llegará y captará la idea y representará a Josué".

Grant aspira a que la vieja escuela sea transformada en un centro comunitario con un pequeño museo en honor a los cuartetos de música góspel de raza negra: grupos de cantantes que recorrían el sur de Estados Unidos durante la época de la segregación racial vendiendo discos con canciones populares de esperanza y fe. La construcción ya se encuentra en el Registro Nacional de Lugares Históricos del país.

Otras escuelas Rosenwald han sido convertidas en centros para adultos mayores, ayuntamientos, espacios para eventos especiales o restaurantes. Muchas siguen siendo reconocibles por los cuidadosos planes que Rosenwald aprobó. Ventanas elevadas orientadas hacia el este y el oeste aseguraban abundante luz natural y ventilación en áreas rurales a donde la electricidad a menudo no arribó sino hasta después de la Gran Depresión.

SEGREGACIÓN
  • En St. George, el objetivo no es sólo restaurar la escuela, sino proporcionar una idea del pujante vecindario afroestadounidense que la circundaba durante la época de la segregación racial. 
  • Diversos negocios, entre ellos una tienda de comestibles, una peluquería y un salón de billar, beneficiaban a la comunidad negra.
  • Dentro de la escuela restaurada, dos salones de clase se ven casi iguales al aspecto que tenían hace 70 años. 
  • Otro salón de clases se usa para reuniones públicas. El auditorio ha sido convertido en un espacio para usos múltiples y tendrá exposiciones con la historia de la escuela y presentaciones científicas interactivas, indicó James.
  • "Ustedes pueden sentir cómo era de la misma forma en que yo lo experimenté", manifestó.