Antes de renunciar a su candidatura a la reelección, el presidente Joe Biden enmarcó las elecciones de noviembre en términos sombríos y funestos, pintando al candidato republicano Donald Trump como una amenaza para la democracia estadounidense y cuestionando si el país podría sobrevivir en caso de que ganara.
La nueva candidata del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, no se ha desmarcado mucho de este mensaje, advirtiendo en su discurso de aceptación del jueves por la noche de las consecuencias "extremadamente graves" que tendría el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Pero Harris está dando su propio giro a lo que ha sido una estrategia fundamental del discurso demócrata. En lugar de centrarse en la amenaza existencial que un segundo mandato de Trump podría suponer para las instituciones y costumbres fundacionales del país, está ampliando la definición de los demócratas de lo que está en juego en estas elecciones: se trata de preservar las libertades personales.
El nuevo enfoque se puso de manifiesto esta semana en la Convención Nacional Demócrata de Chicago, donde los asistentes escribieron sus propias definiciones de libertad en carteles hechos a mano y la canción "Freedom" de Beyoncé resonó por los altavoces. La convención dedicó un día a la "Lucha por nuestras libertades", y la invitada especial, Oprah Winfrey, sugirió que quienes trabajan para preservar los derechos reproductivos son "Los nuevos defensores de la libertad".