WHASINGTON, DC
Cuando Starbucks despidió a siete trabajadores que intentaban crear un sindicato en su sucursal en Tennessee, una agencia del gobierno estadounidense obtuvo una orden judicial que obligó a la empresa a reintegrarlos. Ahora, la cadena de cafés quiere que la Corte Suprema de Estados Unidos imponga límites al poder del gobierno en casos similares.
En las próximas horas, los jueces escucharán los argumentos de Starbucks contra la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo (NLRB por sus siglas en inglés), la agencia federal que protege el derecho de los trabajadores a sindicalizarse. Si la corte toma partido por Starbucks, dificultaría la intervención de la NLRB cuando considera que una empresa interfiere en los esfuerzos de organización sindical.
La audiencia tiene lugar al tiempo que la hostilidad entre Starbucks y Trabajadores Unidos, el sindicato que organiza a sus empleados, empieza a disiparse. Las dos partes anunciaron en febrero que reanudarían negociaciones con el fin de llegar a acuerdos contractuales este año. Starbucks y los delegados sindicales planeaban reunirse el miércoles para su primer encuentro en casi un año.
Los trabajadores en los 420 locales de Starbucks en Estados Unidos votaron sindicalizarse a fines de 2021, pero ninguna de estas cafeterías ha logrado un acuerdo con la empresa.
La causa ante la Corte Suprema comenzó en febrero de 2022 cuando Starbucks despidió a siete empleados que encabezaban una campaña de sindicalización en Memphis, Tennessee. Starbucks sostuvo que los empleados violaron las normas al reabrir el local después de la hora de cierre e invitar a personas que no eran empleados —incluido un equipo de producción de un noticiero de TV— a entrar.
La NLRB determinó que los despidos constituían una interferencia ilegal con el derecho de organización de los trabajadores. Sostuvo que Starbucks habitualmente permitía a empleados francos de servicio y no empleados a permanecer en los locales después de la hora de cierre para preparar bebidas o recoger pertenencias.
Una corte ordenó el reintegro de los despedidos y una cámara de apelaciones ratificó el fallo. Cinco de los despedidos siguen trabajando en el local en Memphis y los otros dos participan en la campaña de sindicalización.