El presidente estadounidense Joe Biden buscó acuerdos en este 2023 con los republicanos en el tema migratorio. Incluso en diciembre se mostró dispuesto a hacer concesiones en la frontera a cambio de que se aprobara el paquete de ayuda para Ucrania, pero no logró medidas que disminuyeran los cruces fronterizos, al contrario, en este año se registró que más de 2.2 millones de personas llegaron a la frontera sur.
La administración de Biden levantó en mayo el Título 42 y lo sustituyó por otras medidas que intentaban limitar la llegada de personas en la frontera y restringir el acceso al asilo. Sin embargo, no logró el efecto deseado.
De acuerdo con un informe de la agencia AP, en Estados Unidos los republicanos alegan que las cifras récord de inmigrantes que cruzan la frontera sur representan una amenaza a la seguridad del país porque las autoridades no pueden examinar adecuadamente los antecedentes de todos los indocumentados. También precisan que aquellos que ingresan a Estados Unidos están agotando los recursos del país.
El diario The Washington Post detalló que "los agentes estadounidenses a lo largo de la frontera sur están realizando más de 9 mil arrestos por día, casi un récord, incluido un número cada vez más de familias, un grupo que es mucho más difícil de manejar para el gobierno, que los adultos que viajan solos".
De acuerdo con el medio, "la afluencia ha dejado a algunas familias migrantes durmiendo en las calles, convirtiéndolas en un panorama de los fracasos de las políticas del país".
Además, en medio de esta oleada migratoria, gobernadores republicanos han trasladado a los migrantes a otras ciudades santuario.
El gobernador que ha sido más duro contra la migración es Greg Abbott, de Texas.
Apenas la semana pasada firmó una controvertida ley que penaliza los ingresos clandestinos en su estado. El texto, que podría entrar en vigor en marzo, otorga a las autoridades estatales el poder de arrestar a inmigrantes y deportarlos a México, prerrogativas que en principio recaen en las autoridades federales. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mostró su rechazo e indignación a esa norma del texano.
La Casa Blanca consideró que "deshumaniza" a los migrantes y grupos de defensa de los derechos humanos iniciaron un proceso legal para revertir la ley. Abbott también fue duro contra la migración con su operación Estrella Solitaria, que incluye el despliegue de las boyas en el río Bravo, de soldados de la Guardia Nacional y dependencias del orden, además del alambrado de púas.