- Cleveland, TX.
La búsqueda en Texas del hombre que mató a tiros a cinco vecinos con un fusil cumplió su tercer día el lunes, luego de que las autoridades ampliaron durante el fin de semana una redada cerca de Houston, aunque reconocían que tenían pocas pistas sobre el posible paradero del asesino.
El lunes, una fuerte presencia policial convergió en una zona donde el Departamento de Policía del condado Montgomery informó de un posible avistamiento del sospechoso, pero más tarde dijo que ninguna de las personas resultó ser Francisco Oropeza, de 38 años, tras una búsqueda realizada por agentes, perros rastreadores y unidades aéreas.
La falsa alarma fue una de las primeras veces desde el tiroteo del viernes en la localidad rural de Cleveland que las autoridades habían anunciado un posible avistamiento de Oropeza, lo que pone de manifiesto cómo la búsqueda ha seguido sin encontrar nada a pesar de que cada vez más personas se unen.
DESATAN CACERÍAPara el domingo por la noche, las autoridades dijeron que más de 250 agentes de distintas jurisdicciones se habían unido a la búsqueda, y el gobernador de Texas, Greg Abbott ofreció una recompensa de 50 mil dólares por información que conduzca a la captura de Oropeza.
En total, las autoridades han ofrecido una recompensa de 80 mil dólares. La mayor parte del dinero es procedente de la oferta del mandatario texano.
“Ahora mismo les puedo decir que no tenemos ninguna pista”, comentó James Smith, agente especial del FBI que está a cargo de la búsqueda.
Oropeza es considerado armado y peligroso después de huir de la zona el viernes por la noche, probablemente a pie. El jefe policial del condado de San Jacinto, Greg Capers, dijo que las autoridades habían ampliado la zona de búsqueda más allá de la escena del tiroteo, que se produjo después de que los vecinos del sospechoso le pidieran que dejara de disparar en su patio a altas horas de la noche porque un bebé estaba tratando de dormir.
La policía recuperó el fusil AR-15 que Oropeza utilizó en los disparos. Las autoridades no estaban seguras de si Oropeza llevaba otra arma después de que se encontraran otras en su casa.
‘INMIGRANTES ILEGALES’El gobernador de Texas también provocó reacciones en las redes sociales por referirse a las víctimas como cinco “inmigrantes ilegales” en un comunicado en el que anunciaba el dinero de la recompensa.
Los críticos acusaron a Abbott, quien ha aplicado duras medidas contra la inmigración no autorizada en Texas, de tratar de sacar ventaja política del asunto.
“Hemos aprendido que por lo menos una de las víctimas podría haber estado en Estados Unidos legalmente”, dijo en una declaración la vocera de Abbott, Renae Eze. “Lamentamos si la información era incorrecta y distrajo de la meta importante de hallar y arrestar al criminal”.
MEXICANO FUGITIVOWilson García ni siquiera le había pedido antes a su vecino que dejara de disparar. La gente en su localidad rural al norte de Houston está acostumbrada a que la gente dispare sus armas para relajarse, pero el viernes por la noche ya era tarde y García tenía un hijo de un mes que lloraba.
De modo que él y dos personas fueron a la casa de su vecino para pedirle “respetuosamente” que disparase un poco más lejos de su casa.
“Nos dijo que estaba en su propiedad y podía hacer lo que quisiera”, dijo García tras una vigilia en Cleveland, Texas, por su hijo de 9 años, asesinado en el ataque que se produjo poco después.
García llamó a la policía después de que Francisco Oropeza rechazara su petición. El hombre disparó un poco más, y ahora sonaba más fuerte. En un vecindario donde los terrenos miden 4 mil metros cuadrados (un acre), García podía ver al hombre en su porche delantero, pero no distinguía lo que estaba haciendo.
Su familia siguió llamando a la policía, cinco llamadas en total, dijo García. En cinco ocasiones, la persona que respondió aseguró que la ayuda iba en camino.
Y entonces, entre 10 y 20 minutos después de que García hubiera vuelto de la casa de Oropeza, el hombre empezó a correr hacia él mientras recargaba.
“Le dije a mi esposa ‘entra. Este hombre ha cargado su arma’”, dijo García. “Mi esposa me dijo que fuera dentro porque ‘no me disparará a mí, soy una mujer’”.
El hombre llegó hasta la casa y empezó a disparar. La esposa de García, Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, estaba en la puerta delantera y fue la primera en morir.
En la casa había 15 personas en total, varias de ellas amigos que habían acudido para sumarse a la esposa de García en un retiro religioso. El hombre parecía decidido a matar a todo el mundo, dijo García.
Entre los muertos estaban el hijo de García, Daniel Enrique Laso, y dos mujeres que murieron protegiendo al bebé de García y a su hija de dos años. García dijo que una de las mujeres le dijo que saltara por la ventana “porque mis hijos se habían quedado sin madre y uno de sus padres tenía que seguir vivo para cuidarlos”.